jueves, 30 de agosto de 2012

Capítulo 25


Él sonrió a su vez.
-Bien.
Nos quedamos mirándonos.
-Siéntate. Yo me encargo de todo.
Me encogí de hombros.
-Como quieras.
Me senté en la parte más alejada de la mesa, donde enfrente se sentaría él.
Puse una pierna sobre la otra, apoyé los codos sobre la mesa y puse la cabeza sobre las manos.
Suspiré, me eché hacia atrás y apoyé la espalda en el respaldo de la silla, dejando los brazos sobre mi regazo.
Vine aquí con la idea de echarme unas risas con Niall y me encontraba con que tendría que enfrentarme...A esto.
Harry apareció con dos fuentes tapadas.
Las dejó en la mesa y se fue, de nuevo.
Examiné los cubiertos, tratando de adivinar, por lo que eran, qué me tendría preparado de cenar.
Volvió portando una botella de Coca-Cola.
Nos sirvió a los dos y después destapó las fuentes.
Vi su contenido.
-¿Cómo sabías qué...?
-Digamos que tengo espías muy potenciales.
-Le has preguntando a Niall.
-Sí. Eso hice.
-Sólo a él le dije que los tortellini y la ensalada césar eran mi comida favorita.
-Me ha venido bien esa información, como ves.
-Al menos no has vuelto a buscarme en Wikipedia, porque ya sabes que no salgo.
Sonrió.
-Eso no es cierto.
-¿Qué? ¿Has vuelto a buscarme?
Asintió con la cabeza.
-Y sales en ella. Con una foto muy favorecedora, por cierto.
-¿Y qué pone?
-"Concursante de ______. Quedó en primera posición en la categoría de parejas y en segundo lugar en la categoría de grupos. Próxima bailarina en el nuevo tour de Justin Bieber" Algunos datos sobre tu vida y tu físico, entre otras cosas y "actualmente mantiene una relación sentimental con Harry Styles, miembro de la banda británico irlandesa One Direction".
Sonreí.
-Se ve que eso último no está actualizado.
-Bueno, que yo sepa nos hemos peleado, pero en ningún momento hemos dicho de romper.
Oh, era cierto.
-Me parece íncreible que alguien como yo tenga una página en Wikipedia. ¿Qué más pone?
-Que antes tuviste una relación con Niall y nada más.
-Oh.
-Pero sírvete, mujer, no seas tímida.
-¿Esto lo has hecho tú? Llegó a mis oídos que eras un maestro en la cocina.
Asintió con la cabeza.
-Ajá, yo lo hice, aunque recibí un poco de ayuda por parte de Bego. Me vino bien su ayuda, es cierto. ¿Sabes? No es en el único sitio donde soy un maestro...
Enarqué una ceja.
-No me digas. ¿Dónde más?
-¡Ah! Eso tendrás que descubrirlo tú...
Puse los ojos en blanco y me serví tortellinis.
Pinché uno y me lo llevé a la boca.
Harry observó con ojos curiosos todo el procedimiento.
Lo mastiqué, saboreé y tragué.
-¿Y bien?
-Está bueno. Muy bueno.
-Te dije que era un maestro.
-Bueno, tampoco eres Arguiñano...
-¿Quién es Arguiñano?
-Déjalo y sírvete tú.
Mientras comíamos, Harry no paraba de mirarme.
Dejé el tenedor en el plato y me tapé la cara con las manos.
-No puedo comer si me sigues mirando así.
Rió.
-¿Te da vergüenza? Vamos, si te he visto hacer cosas más vergonzosas que comer...
-¿Qué? ¿Cómo qué?
-Oh, nada...
-¡Vamos, dilo!
-Es que si te digo que cuando entré en el baño y te estabas duchando te miré, me matarías.
-¿Qué hiciste qué? ¡Harry, por favor! ¡Qué vergüenza!
Rió al verme enrojecer.
-Es broma.
-Claro y voy yo ahora y me lo creo, no te digo.
-No me creas si no quieres.
-Por supuesto que no voy a creerte.
Todo el rato quería sonar seria, pero era incapaz.
Se me escapaba alguna estúpida sonrisilla o mi voz no encontraba el tono de seriedad que mi mente quería darle al comentario.
Sí, era cierto.
Harry me había dicho cosas espantosas.
Pero a mí no me importaba.
Habían calculado bien la cantidad de comida que hacían, puesto que nos lo comimos todo.
-Mandé a Liam a comprarlo todo, ¿sabes?
-¡Pobre Liam!
-Bueno, no fue solo. Louis y Marta fueron con él.
-Vaya tres que fueron a comprar...
Nos reímos.
Me limpié la boca con la servilleta y apoyé de nuevo la espalda en el respaldo de la silla, cruzando los brazos sobre el pecho.
-Bueno, ya he cenado contigo. Ahora quiero oír lo que tienes que decirme.
-Técnicamente no hemos acabado de cenar. Queda el postre.
-Primero tus palabras.
-¿Y si acabamos peleando otra vez, te enfadas y te vas sin tomar el postre?
-¿Qué hay de postre?
-Ah, tendrás que escucharme y quedarte para averiguarlo...
-Harry, hoy estás muy misterioso, ¿sabes?
Rió, pero se seneró pronto.
-No. Es que quiero tenerte de vuelta lo antes posible.
-Bueno, eso depende de tus palabras.
Suspiró.
-Vale. Mira... Sé que mis palabras no estuvieron para nada acertadas. Te dije cosas que no pensaba en verdad, en realidad te dije lo primero que se me pasó por la cabeza. Lo que dije no lo creo de verdad. Luego cuando me paré a pensar en lo que te dije no paraba de decirme que era un cabronazo, que aún queriéndote te había hecho daño... Cuando me prometí a mí mismo que jamás te lo haría.
Apoyé los brazos en la mesa.
-La culpa fue mía. Yo empecé a decirte todas esas cosas horribles que, como tú, no creía en verdad. Pero para mí, verte con ella, me... Me impactó. Me destrozó por completo. Así que mi destrozada mente me hizo pensar y decir disparates, cosas imposibles, solo para intentar protegerme del dolor que sentía...
-Te lo quería haber explicado, pero no quisiste escucharme.
-Lo sé, lo sé. Pero, ¿qué hubieras hecho tú en mi lugar?
-¿Qué qué haría si abriera la puerta y me encontrara con que Lindsey te está besando? Pues no sé, Cris, no soy de esos tíos a los que les pone ver chicas enrollándose, pero...
-¡Harry!-dije, riendo.-Me refería a si me vieras tú con otro. Con el surfista desesperado, por ejemplo.
-No me haría ninguna gracia. No me la hizo cuando le vi cerca de ti, pero por no pelearme de nuevo como con Jey y como estábamos peleados, pues...
-¿Y si yo intentara explicarte por qué estábamos él y yo en esa situación? ¿Me escucharías?
-No... Creo que estaría demasiado dolido como para escucharte.
Asentí.
-¡Exacto! Ahora me entiendes.
Suspiró.
-Sí. Ahora lo hago. ¿Qué hiciste después de salir corriendo?
-Lloré.
-¿Cuánto?
-Demasiado.
-No se te veía muy afectada al día siguiente...
-Me maquillé para que no me vieras las ojeras, ya que apenas dormí. Y si no se me vio "afectada" fue porque precisamente no quise pasar por lo mismo que pasé cuando Louis. Cuando lo de él, muchas personas tuvieron que ayudarme, que cuidarme... Y yo no quería eso otra vez.
-Pensé que yo no te importaba tanto como yo creía.
Eso me enfadó un poco.
-¡Oh, sí, vamos Harry! No he tenido más que ojos para ti desde que... Bueno, desde hace tiempo y hace días que cuando caminas voy detrás como un estúpido perrito faldero. Todo lo que dices me parece bien siempre y cuando tú lo estés y me muero de impaciencia por verte cada vez que no estás. No duermo si tú no lo haces, como tampoco sonrío sin verte sonreír primero a ti. ¿A ti te parece que eso es que me importas poco, eh? Vamos por favor...
Y me crucé de brazos, mirando hacia la tele, que estaba apagada. El caso era no mirarle a él a la cara.
Me dio algo de cosa haberle dicho eso, porque no se lo había dicho a nadie más. Ni siquiera a mí misma. No había comprobado que eso que yo decía era cierto hasta que se lo dije.
-Y gracias por esa confianza depositada en mí, de verdad. Creo que ya deberías conocerme a estas alturas y deberías saber que yo no olvido así como así. Que necesito tiempo, mucho tiempo. Mis heridas tardan en sanar, así como no las tuyas.
-¿Qué quieres decir con eso?
-Allison. La chica de antes de Allison. Todas tus novias, líos o como quieras llamarlos, Lindsey, las chicas que tienes en tu agenda del teléfono... Tienes una habilidad para olvidarlas impresionante.
-No de todas me olvido.
-Pero no a todas recuerdas.
Eso le había molestado algo a él, pero era lo que pensaba.
No quería que me olvidara tan rápido como a ellas. De hecho, no quería que me olvidara.
-Te digo esto porque no quiero que me pase como a ellas. No quiero que me olvides tan fácilmente.
-Aunque quisiera, no podría.
Generamos entonces una tensión palpable aunque silenciosa.
-Hay demasiado tensión en el aire.-dijo.
-Lo sé. Quizá debamos besarnos para aliviar esa tensión.
-Quizá...
Nos miramos y actuamos compenetradamente.
Echamos hacia atrás nuestras sillas a la vez y corrimos a encontrarnos.
Di un salto y le aferré de la cintura con las piernas mientras que pasaba mis brazos por su cuello y mis labios volaban buscando los suyos.
De la potencia de mi salto, le eché hacia atrás, chocó contra el sillón y caímos encima.
Fue entonces cuando, después de unos días separados, nuestros labios se encontraron de nuevo.
Sentí de nuevo entonces que mi vida cobraba sentido, que él de nuevo estaba conmigo. Como me prometió.
Mis manos le acariciaban la cara y sus manos corrían por mi espalda con delicadeza, como si fuera frágil, como si pudiera romperme.
Nuestras lenguas empezaron entonces una extraña danza que trajo consigo una ráfaga de las ya desaparecidas hace días descargas, que se extendían cuál ondas desde mi tripa hasta todos los lugares de mi cuerpo, por pequeños y remotos que estos fueran.
Me separé para recuperar el aliento y quedé sentada sobre él.
-¿Qué? ¿Reconciliados?-dijo, sonriendo.
-Del todo.
Me cogió, con ambas manos, una a cada lado, del cuello de la camisa y tiró de mí, de nuevo, con delicadeza, hacia abajo, hacia sus labios.
Estos se encontraron otra vez.
Intenté incorporarme de nuevo, pero él me mantenía sujeta por el cuello de la camisa, para que no pudiera escapar. Aunque no lo vi, sentí que sonreía.
Le di un pequeño mordisquito en su labio inferior y, cuando me soltó para meter las manos en mi pelo, me incorporé, escapándome.
-El postre, Harry, que me lo habías prometido.
-Este es el postre. Calla y bésame otra vez.
-¿Qué? ¿Te estás quedando conmigo?
Rió.
-Sí, me estoy quedando contigo. El postre ahora, pero sigamos con esto, por favor.
Sonreí.
-Valeeeeee. Pero que conste que lo hago porque quiero el postre.
-Claro, claro, descuida.
Y, agarrándome de nuevo del cuello de la camisa y tirando de mí, hizo que nos besáramos otra vez.
Un par de besos después, me dejó en libertad.
Recogimos la mesa mientras que me contaba que le había costado un mundo mantener las velas encendidas, dado que cuando las encendía y se daba la vuelta, Zayn y Louis soplaban y las apagaban.
-¿Y dónde están, a todo esto?
-Oh, pues creo que dijeron que se iban a cenar todos juntos.
-¿Y cuándo vendrán?
-No vendrán.
-¿Qué? ¿Nunca jamás? ¿Vas a vivir solo a partir de ahora?
Rió.
-Vienen por la mañana.
-¿Y dónde duermen?
-En casa de Marta y Jey, creo que dijeron.
-¿Y por qué no vienen aquí?
-Porque...Porque ímaginate que llegan a venir y aún estamos cenando. Qué corte de rollo, ¿no crees?
-Sí, tienes razón.
Lo metimos todo en el lavavajillas.
-Y ahora, el postre.
Sacó del frigorífico una bandeja de fresas y me la tendió.
-Espérame en el jardín.
-A tus órdenes, mi capitán.
Me dio un rápido beso en los labios y me dirigí al jardín.
Observé que hacía una noche despejada (raro aquí en Londres) y que alguna que otra estrella se dejaba apreciar.
Me senté en mitad del césped y observé, ya que sin Harry me impacientaba, las fresas para descubrir que estas venían sin lo verde de arriba. Genial. Bego y él habían pensando en todo.
En unos minutos escasos vi a Harry sentarse a mi lado con una fuente de tamaño medio en las manos, la cuál dejó en el césped.
Me acerqué a ver qué era, con curiosidad.
¡Ah, chocolate caliente!
-¿Cómo sabías que...?
-Niall.
Reímos.
-Creo que Niall sabe demasiado sobre mí. Debería controlar lo que digo.
-Pues sí, un poco. Bueno-dijo, tendiéndome la bandeja de fresas-Tú primero.
-Qué detalle.
Cogí una fresa aletoria, la bañé en el chocolate caliente y me la llevé a la boca.
-Mmm. Riquísima.
-Como tú, ahora me toca a mí.
Llevábamos unas cuantas cuando cogió la bandeja y la apartó de mí.
-¡Eh! ¡Dame!
-No sin antes un beso.
-¡No! ¡Dame!
-¿Quién las pagó? ¡Son mías!
-¡Las pagó Liam, mentiroso y ahora dame!
-Oh, es cierto...
Fue a devolverme la bandeja, la agarré, él la soltó, me agarró de las muñecas, me atrajo hacia él y me besó.
Me aparté, haciéndome la molesta.
-No tienes que quitarme las fresas para que te bese.
-Pero a mí me gusta jugar contigo. Es divertido.
-Hasta que un día te arañe y ya no reirás tanto.
-Me olvidaba de que hablaba con un gatita.
Bufé, divertida.
Cuando fue a echar mano a la bandeja, yo la retiré con rapidez.
-¡Ah, no! Ahora me besas.
-¿Ahora quién está jugando con quién?-dijo, sonriendo.
-Las fresas juegan contigo.
-Sí, las fresas.-dijo, pasándome un brazo por los hombros y atrayéndome hacia él, hasta que recibí mi beso.
Dejé de nuevo la bandeja en el césped y seguimos comiendo.
Se puso una en la boca y me miró.
-¿Qué?
Hizo un gesto que me dejó muy claro lo que quería.
-No te voy a besar para quedarme con la mitad de la fresa. No jugaré a la Dama y el Vagabundo contigo.
Pero él insistió.
Puse los ojos en blanco y me acerqué a él.
Le besé, mordí y me quedé con la mitad de la fresa.
Repetí su jugada y le hice hacer lo mismo. Aquí yo también sabía jugar.
Nos comimos tanto el chocolate como las fresas y nos quedamos tumbados, mirando el cielo, en silencio, el uno tumbado al lado del otro.
-¿Desde cuándo me empezaste a querer?-preguntó de pronto.
Aparté los ojos de las estrellas y ladeé la cabeza para mirarle.
-Bueno... Recuerdo que el primer día que nos vimos, cuando te ofreciste para acompañarme a ver la ciudad... Estuve a punto de decirte que sí. Al principio me tocabas un poco las narices, así que supongo... Que fue esa noche, cuando me emborraché, cuando empecé a sentir algo por ti.
-Yo sigo empeñado en que ese día fue nuestro primer beso, por mucho que digas que no.
Le miré frunciendo el ceño y haciendo con la boca una mueca extraña que le hizo reír.
-¿Y tú a mi?
-Bueno... Al principio eras para mí un reto. Quiero decir, a todas las chicas que me he acercado siempre que les he dicho algo han dicho que sí y tú me dijiste que no e incluso me dibujaste un dibujo horrible en la carta...
Reí, recordándolo.
(Si no recuerdan, vayan al capítulo 2)
-...Carta que aún conservo. Y luego no sé, me repelías, no querías estar cerca de mí y apenas me prestabas atención. Empezaste a interesarte un poco por mí y comenzaste a salir con Louis.
-¿Tú lo sabías?
-Algo sabía, sí.
Suspiré.
-Pero no durásteis mucho y, después de esa noche, de ese "beso"-rió al ver mi cara-Todo cambió. Empecé a tomármelo un poco más en serio, pensando que a lo mejor habías cambiado de parecer, pero no. Seguías igual y empezaste a salir con Niall.
-¿Cómo te sentiste entonces?-dije, apoyando la cabeza en su hombro y mirándole con curiosidad.
-¿Cómo crees tú? Fatal. Había fracasado por segunda vez. Nunca en la vida me había pasado algo así. Cuando Niall me dio la noticia se le vio tan emocionado... Pero a la vez se entristeció por mí. Niall es un gran chico y un gran amigo.
-Lo sé.
-Así que llamé a Allison, pero eso ya lo sabes. Necesitaba distracción, dejaros a los dos tranquilos, olvidar. Pero era díficil, porque no dejábais de besaros, abrazaros y daros mimitos...
Harry lo había pasado mal por mi relación con Niall. El corazón se me encogió en el pecho. Yo le había visto con otra no haciendo nada y le había montando un pollo y él, que me había visto con su amigo, no había dicho nada y se lo había tragado todo.
-Oh, Harry, lo siento. Siento haberte hecho daño.
Él me miró.
-Pero eso ya no tiene importancia. Eso quedó atrás. Ahora, según Wikipedia "actualmente mantienes una relación sentimental con Harry Styles" y eso es lo que me importa.
Reí.
-Si vuestras directioners, como me dijo Liam que se llamaban vuestras fans, supieran que he estado con tres de sus ídolos, bueno... Supongo que no me dirían nada bueno.
-No te lo dicen, para ser honestos.
-¿Has leído comentarios malos sobre mí?
-Oh, muchísimos. Twitter está lleno de ellos.
-La gente se cree que enviándome su odio hará algo. Ja.
-Así se habla, pequeña e inocente Cristina Vila.
-¡Eh!-dije, levantando la cabeza de su hombro-No uses mi apellido. Ya sabes que no me gusta. Ni que me llames por ni nombre completo.
Se rió, divertido.
Solo molestándome era feliz, por mucho que dijera que no.
-Si no te gusta, puedo cambiártelo.
-¿Ah, si? ¿Por cuál?
-Por Styles. Cris Styles. ¿No te gusta? Suena bien.
-Soy aún muy joven para casarme, Harry.
-¿Quién ha dicho nada de casarnos? Yo decía de intercambiarnos los apellidos. Harry Vila. Suena extraño pero me acabaría acostumbrando. ¿En qué estabas pensando?
Reí.
-Una vida contigo tiene que hacerse muy larga.
-¿Y eso es malo?
-No, eso es perfecto. Contigo sería siempre joven.
(Forever Young. De aquí, el título de la novela LLN)
-¿Por qué?-dijo, mirándome.
-Porque así es como me haces sentir. Y sé que este sentimiento no cambiará nunca. Por lo tanto, eternamente joven a tu lado.
Sonrió y sus ojos miraron mis labios.
Alcé la cabeza y le besé.
-¿Recuerdas cuándo bailamos bajo la lluvia?
Reí al sentir sus labios tan próximos a mi oreja.
-Fue una locura, pero tuvo su encanto. Podría calificarlo como mágico, incluso.
-¿Volvemos a hacerlo?
-Pero hoy no llueve, Harreh.
-Ah, pero tengo un as en la manga. Espérame aquí.
Se levantó y me dejó tirada en el suelo, cogió la bandeja y la fuente vacías y entró en casa.
Minutos después, los aspensores comenzaban a funcionar.
Harry apareció corriendo y me tendió ambas manos para ayudarme a levantarme.
Se las di y me levantó.
Los aspensores nos estaban mojando.
-¡Esto es una locura!-le dije.
-¡Lo sé! Pero yo estoy loco por ti.
Me pasó un brazo por la cintura y el otro agarró una de mis manos. Yo le pasé un brazo por la espalda y agarré la mano que cogía la mía.
Y comenzamos a bailar, girando al ritmo de una música inexistente, quizá el sonido de los aspensores y riendo como dos tontos.
Primero giramos despacio, lentamente, pero a medida que pasaba el tiempo aumentábamos un poco la velocidad de los giros. Me cansé de bailar así, así que de un saltó me subí a su cintura, agarrándome con las piernas y los brazos y le besé mientras los aspensores a nuestro alrededor seguían con su música y sus ganas de empaparnos enteros.
Al menos el pelo no estaba empapado, solo las puntas y algo mi ropa.
Cuando nos cansamos de girar, reírnos y besarnos (al menos, de esa manera), detuvo los aspensores y entramos en casa.
-Un momento-dijo, desapareciendo escaleras arriba.
Me quité las botas, mojadas y los calcetines y los dejé por ahí.
Al momento apareció con un par de toallas.
-Toma-dijo, tendiéndome una grande-Que sé que eres una friolera.
-Aw, gracias.
Y me enrollé la toalla alrededor del cuerpo mientras él me cubría la cabeza con una toalla más pequeña y me secaba, con cuidado, el pelo.
Tanta delicadeza y tanta atención me abrumaron.
-Tú también estás mojado-dije, observando que la camisa se le pegaba al cuerpo y los vaqueros.
-Ah, pero yo no soy como tú. No tengo frío siempre.
Sonreí.
-¿Quieres que te deje una camiseta mía? Así no estarás mojada...
-¿Cómo cuándo en la piscina de Bego? Sí, me encantaría.
Apagó la luz del salón y, tendiéndome una mano, me guió escaleras arriba a su habitación.
Encendió la luz y yo me encaminé hacia su armario, lo abrí y me quedé examinando la cantidad de camisetas, camisas y pantalones que tenía.
Entonces, apagó la luz y sentí sus brazos rodearme la cintura, mientras que sus labios rozaban mi oreja.
-Te quiero, gatita.
Esa confesión me hizo estremecerme y me di la vuelta, le puse las manos en el pecho y, gracias a la luz que entraba por la ventana, pude mirarle para decirle.
-Te amo, Harry.
Nuestros labios se buscaron entonces y, como siempre, se encontraron, aunque esta vez con una fuerza y una pasión no descubierta hasta entonces.
Le pasé los brazos por el cuello y, al no sujetar la toalla, esta cayó al suelo.
Me subí entonces a la cintura de Harry de un salto, agarrándome con las piernas y él se dejó caer en la cama, aunque quedó sentado.
Una descarga me recorrió la espina dorsal cuando sentí que Harry me bajaba la camisa, suavemente,  por mis brazos y después la tiraba al aire.
Mientras él había hecho eso yo no había perdido el tiempo y le había desabrochado todos los botones de la camisa. Camisa que, por cierto, adoraba con todo mi alma. Niall también sabía eso. Quizá se lo hubiera dicho, también.
¡Oh! ¿En qué estaba pensando?
Harry me sacó de mis pensamientos metiéndome las manos por debajo de la camiseta. Sentí sus manos calientes recorrer mi fría espalda.
En ese preciso instante, caí en por qué ninguno de los chicos iba a volver hasta por la mañana.
"Porque imagínate que estamos cenando y vienen ellos. Qué corte de rollo, ¿no crees?"
Oh, sí, corte de rollo, pero de otra cosa.
Metí las manos en su pelo, mientras él se deshacía de sus zapatillas. Pasé entonces a subir y bajar mis manos por su pecho. Una vez que se hubo desecho de ellas, le quité la camisa y la dejé caer al suelo.
-Ups. Eso ha sido un accidente. Lo que va a pasar ahora es a propósito.
Harry rió y, cogiéndome con ambas manos de la cara, me besó.
Ambos sabíamos lo que queríamos, pero antes tenía que decírselo.
-Harry...-dije, separándome un poco y mirando hacia abajo.
Me daba bastante vergüenza decírselo.
-Quiero decirte algo.
-Adelante.
-Yo...Esto... Quiero decir que... Oh, joder... Esta es mi primera vez.
Y le miré.
Vi sorpresa en sus ojos.
-¡Oh! No... No lo sabía. Yo pensé que...
Sonreí.
-¿Qué pensaste?
-Que Niall y tú, ya...
-¿Qué?
Y reí.
-Es que eso es lo único que no le pregunté. Y os veía tan unidos, tan mimosos, tan... Que pensé que ya...
-Pues ya ves que te equivocaste.
-Y claro, estaba haciendo esto pensando que ya tú... Así que si quieres podemos dejarlo para otra ocasión, otro momento, cuando estés más preparada. Yo esperaré lo que haga falta y...
-Ay, Harry, si es que encima de guapo eres tonto. No te atreverás a dejarme así ahora, ¿no?
Y le besé.
Él me apartó un poco, lo suficiente como para que no pudiera alcanzar sus labios.
-Creo que deberías pensártelo y...
-Que no.
Y, poniéndole una mano en el pecho, le empujé hacia atrás, tumbándole sobre la cama.
Sentada sobre él como estaba, me agaché para besarle y bajé de su boca a su cuello, dejando en él algún que otro pequeño mordisquito, continué bajando, besando cada uno de sus cuatro pezones, continué mi pequeña excursión por su pecho, bajando hasta su ombligo, donde me detuve.
Él se incorporó y me agarró de nuevo de la cara para besarme, después, con un brazo, me atrajo hacia él y giramos. Después, suavemente me tumbé en la cama.
Respiraba agitada, ya que estaba algo nerviosa y tener a Harry encima de mí, perdido en mi cuello, dándome pequeños besitos en él, no ayudaba en absoluto a calmarme.
Empezó a levantarme la camiseta y levanté los brazos, sonriendo, para que pudiera sacarla más fácilmente. De nuevo, como hizo con mi camisa, la tiró por el aire.
Volvió a tumbarse sobre mí, siempre con cuidado de no apoyar todo su peso y evitar así hacerme daño. Sentí su piel contra la mía, esta vez caliente, no como en la piscina.
Era un calor muy agradable, que me hacía tener ganas de más, ganas de que aumentara, de que nuestra piel estuviera aún más en contacto.
Él aún llevaba los vaqueros.
Bajé mi mano hacia el botón, para remediar eso, pero con una sola mano no era capaz, así que saqué la mano que tenía en su pelo para que ayudara a la otra, pero fracasé miserablemente.
Él rió mientras me besaba y me hizo reír a mí.
Se lo desabrochó él mismo.
-Cosas del directo.-dijo.
Me hizo reír y calló mi siguiente carcajada con un beso.
Los vaqueros cayeron al suelo, quedando él con sus boxers negros, y se perdieron en la oscuridad que por este había.
Le atrapé la cintura con la piernas.
Más piel contra piel, más calor.
Las manos de Harry, puestas ambas a cada lado de mi cintura, subieron por mis caderas, pasaron por mis costillas y se quedaron a ambos lados de mi cara, para volver a bajar y quedarse más o menos, a la altura donde estaba, en mi espalda, el broche del sujetador.
Comprendí que no podía desabrocharlo así que arqueé un poco la espalda para que pudiera meter las manos y quitar el broche.
Noté cuando este se soltó y sentí como los tirantes me bajaban despacio por los brazos. El sujetador voló por el aire y le oí caer, aunque no sabría decir dónde.
Solté mi agarre de las piernas y le pasé los brazos por el cuello, atrayéndole hacia mí todo lo posible, buscando esa piel contra piel, ese calor, su calor, buscándole a él.
Mis manos se perdieron subiendo y bajando su espalda, tanteando cada uno de los músculos de esta. Sus labios, perdidos también, aunque en diferente sitio, dejaban besos en mi cuello y podía oír miles de "te quiero" acompañando a cada beso.
Verdedaramente estaba disfrutando de este momento. Siempre me había preguntando cómo sería mi primera vez, dónde, cúando, con quién... Y Harry estaba haciendo que fuera totalmente íncreible superando cualquier expectativa que yo pudiera haber creado.
Sus manos pasaron de mi pecho a subir y bajar mis piernas. Allí donde ponía la mano provocaba una oleada de ese calor del que hablé antes, que no quemaba, sino que te hacía adicta, querías más y más de ese calor que no era otro que el tacto de Harry.
Al subir, sus manos siempre se detenían en mi cadera, rozaban la tela de mi ropa interior, la única prenda que me quedaba y bajaban de nuevo o seguían subiendo.
En una de esas veces, mientras rozaba con una mano la tela, le cogí la mano, hice que cogiera la tela y, guiándole usando mi mano, empezó a bajarla lentamente, cogiendo yo su otra mano y haciéndole hacer lo mismo con el otro lado.
Parecía que, si no tomaba yo la iniciativa, él no lo haría nunca.
Mis bragas fueron a hacer compañía, en la oscuridad del suelo, a la demás ropa que había caído en combate.
Le rodeé el cuello con los brazos y le miré a los ojos, acariciándole la nuca.
Sonreí, al ver lo íncreiblemente guapo que era.
Abrió la boca para formularme una pregunta, pregunta que sería "¿Estás segura?", pregunta que no pudo formular ya que le callé besándole. Bajé una mano hasta su boxer y empecé a tirar de él hacia abajo, dándole a entender qué era lo que quería que pasara a continuación.
Sus boxers desaparecieron en la oscuridad del suelo de la habitación.
Separé mis labios de los suyos, aunque se seguían rozando.
-Te quiero-dije, de manera que, al pronunciarlo, nuestros labios se rozaron.
Él sonrió.
-Yo te quiero más.
-Es imposible quererme más de lo que yo te quiero a ti.
-Oh, sí es posible. Aquí tienes la prueba viviente de ello.
Reí, le besé y me acerqué a su oreja.
-Hazlo.-le susurré.
Él obedeció, y lo hizo.
De pronto, sentí calor, mucho calor.
Me abrasaba por dentro. Parecía que tenía lava corriendo por mis venas en lugar de sangre.
Y entonces supe que él estaba dentro de mí.
¿Dolor? ¿Qué? En absoluto.
Calor. Calor y el cuerpo de Harry contra el mío era lo único que sentía.
Me había hecho ideas muy equivocadas sobre como iba esto.
Nuestros cuerpos se movían a la vez, siguiendo un extraño baile sin música.
Besos, caricias, te quieros... Nada faltaba.
Y ese calor, calor al que tanto amaba, que no era otro que Harry, estaba presente en todo momento, aumentando mi adicción, venciendo el frío de mi cuerpo.
-¿Me quieres?-me susurró al oído, provocándome una descarga, cuyo calor se unió al que ya sentía.
-No. Te amo.
Y entonces el fuego, el calor, se apoderó totalmente de mí. Estaba en llamas y él también, porque podía sentirlo.
Dejándome aún con calor, la temperatura fue descendiendo, así como nuestros movimientos, no así los besos, las caricias, los te quieros, hasta que finalmente solo quedó eso, un calor, sombra del verdadero fuego que había sentido unos momentos antes y los te quieros de Harry al oído.
Se tumbó a mi lado y yo le abracé por el pecho, mirándole.
Cuando él bajó sus ojos para encontrarse con los míos, vi en ellos una infinita ternura como nunca antes había visto en los ojos de otro.
-¿Me quieres?-le pregunté.
-No.
-¿No?
-Te amo.
Sonreí y le besé, sentándome encima de él para empezar a jugar con el fuego, a nuestra manera, otra vez.

¡Hola, soy yo, Cris, la pesada de turno otra vez! Quería decir un par de cosas:
1. Que siento mucho no haber subido capítulo estos días, pero es que esta última parte me la iba a escribir una chica, ya que yo no me veía capaz de escribir tales..."Guarrerías". Pero finalmente, me he armado de valor y he decidido escribirlo yo misma. ¿Qué opináis sobre ello?
2.Creo, personalmente, que este es el mejor capítulo que he escrito en mis 17 años de vida.
3. Gracias a @MrsNarry y a @BELENCIITA30 por el apoyo que me dieron esta mañana en Twitter. Gracias, de verdad. En serio. Me ayudó mucho.
4. Cómo no, dar también las gracias a Bego (Iwant One Direction) y a Marta (Marta Justin meponesbajateelboxer) por el apoyo que me dan SIEMPRE. Sin ellas, esta novela, este capítulo, yo misma no existiría y no tendría ningún sentido. Este capítulo tan especial para mí, que tanto esfuerzo me ha costado escribir, se lo dedico especialmente a ellas dos.
5. Y por último, y no menos importante, pero alguien tenía que ocupar el 5, vosotras, las lectoras. Que leáis es lo que hace posible que esta novela continúe y esta novela es mi vida. Así que gracias por dejarme continuar mi vida día a día. Gracias a todas vosotras.
Ojalá pudiera daros un abrazo a todas y agradeceros personalmente todo, pero, por desgracia, no puedo, el día que pueda, lo haré.
Gracias.
@Cris_Jbieber

sábado, 25 de agosto de 2012

Capítulo 24


No llevaba mucho tiempo dormida cuando desperté.
Miré a Niall, el cual estaba profundamente dormido.
Con cuidado, me levanté y salí de la habitación.
Aunque no hacía ningún ruido al pisar descalza la alfombra del suelo, a mí me parecía hacer un enorme estruendo que despertaría a mis amigos, los cuales saldrían al pasillo y dirían "¿Adónde vas?".
Llegué hasta la puerta que, hasta unas horas antes, me permitía entrar a mi habitación.
Seguro que Harry estaba dentro.
"Dime, ¿cuánto piensas llorar? ¿Cuántas lágrimas valgo para ti? ¿O también vas a emborracharte para olvidarme como hiciste con  Louis? Mucho tendrás que beber para olvidar a alguien como yo, ¿sabes?"
Me senté en el suelo, apoyando la espalda en la puerta y escondí la cabeza entre las rodillas mientras me rodeaba estas con los brazos.
Suspiré.
Qué íncreible me parecía que Harry y yo ya no estuviéramos juntos.
Y ahora, ¿qué hacía yo?
" Vete con Niall, a llorar. O con Zayn. O con Liam, ¿quién sabe? Quizá hayas estado con él mientras miraba a Lindsey."
Me mordí el labio, aguantándome las lágrimas.
Cabronazo.
Sentí entonces que otra persona se dejaba caer al otro lado de la puerta y levanté la cabeza.
Puse entonces el oído en la puerta.
Y le escuché respirar.
Harry.
Estaba tras la puerta.
Acaricié la puerta. Solo unos cuantos centímetros de madera me separaban de él.
-Harry-
Bajé a cenar con los demás, que no me miraban nada bien.
Niall y Cris no bajaron. Él bajó más tarde, cuando Zayn se subió.
Supuse que hacían turnos para quedarse con ella, porque debía de estar totalmente... Destrozada.
Joder, esto no me gustaba.
Llevaba sin ella, ¿cuánto? ¿Una hora? ¿O puede que más? Y ya la echaba de menos.
Tenía que recuperarla, pero, ¿cómo? Con lo orgullosa y tan ella que era... Me iba a ser imposible. Me costó que confiara en mí y ahora no volvería a hacerlo.
No era como las demás. Con ellas quedaba una tarde, y un mes o así volvía a llamarlas y venían contentas porque me había acordado de ellas. Pero Cris no era así.
Sin apenas cenar subí de nuevo a mi cuarto y me quedé allí, esperando el regreso de ella, a sabiendas de que no volvería.
Louis subió pasado un rato bastante largo.
-¿La has visto?-pregunté.
Negó con la cabeza.
-No, pero he hablado con Zayn.
-¿Y?
-¿Cómo te crees que está? Hecha polvo. No quiero seguir hablando de eso.
Louis seguía aún enfadado conmigo.
Menos que antes, pero seguía enfadado.
Y no era para menos.
Le costó dormirse, pero al final lo hizo.
Yo acepté que no podría dormir ese día.
Cansado de dar vueltas en la cama pensando qué decirle y cómo, me levanté, fui hacia la puerta y agarré el pomo.
¿Qué estaba haciendo?
Ahora estaría durmiendo o llorando... O maldiciéndome.
Apoyé la espalda en la puerta y me dejé caer hasta el suelo.
Oh, joder.
"¿Estarás aquí cuando despierte?
-Solo si tú estás conmigo siempre.
-Entonces, estarás."
No hacía ni un día que le había prometido estar siempre a su lado y ya había roto mi promesa.
Escuché algo tras la puerta y apoyé el oído en ella.
Esa respiración era inconfundible.
Cris estaba tras la puerta.
El qué hacía allí no lo sabía, pero estaba seguro de que estaba.
Fui a decir algo, pero entonces oí como se incorporaba y, después, no la oí respirar más.
Se había ido.
-End-
Como me quedara más allí no resistiría la tentación de abrir la puerta y verle y no quería, porque eso solo me destrozaría más.
Me levanté y me fui.
Puede que él me hubiera engañado. Puede que él me hubiera dicho mil cosas horribles. Pero yo le seguía queriendo.
No era como él, no olvidaba a las personas que amaba así como así.
Volví junto con Niall, me tumbé a su lado y le aferré un brazo con los míos. Necesitaba algo a lo que agarrarme, algo que me mantuviera viva.
Niall se movió, dándose la vuelta hacia mí y cubriéndome con su otro brazo, el que le quedaba libre.
"Reconócelo, también estás con Niall. No le has olvidado totalmente, ¿verdad? Sigues jugando, como lo hacías antes, con Niall y conmigo. No has elegido, solamente has cambiado de peón, pero la jugada sigue siendo la misma."
Perdóname, Harry, por no tener tu capacidad para olvidar tan pronto.
Si fuera capaz de olvidar a Niall, todo sería más fácil. Pero es complicado cuando está tan presente en mi vida. Él siempre sería una parte importante, demasiado importante, de mí.
Y quizá, al que deba olvidar esta vez, sea a ti.
Me costó volver a dormirme.
Creo que acabé durmiendo un par de horas escasas, decidiendo a quién olvidar y a quién no.
Desperté al oír a alguien hablar.
No vi a Harry a mi lado y recordé la pelea.
Algo en mi interior hizo "clack".
Me incorporé un poco y vi a Bego, Isa y Marta con Niall en el sillón, hablando.
-¿Hola?
Entonces repararon en que había despertado y vinieron a sentarse todos a la cama.
Nadie se atrevió a decir "Buenos días".
-¿Qué tal estás?-preguntó Isa.
Me encogí de hombros.
-Bien.
Se miraron entre sí, sorprendidos ante mi reacción drespreocupada.
-Tu cara no dice lo mismo.-dijo Marta.
-¿Qué cara tengo?
Nadie contestó.
Cuando fui a levantarme, Bego me atrapó y me abrazó.
-Mi pobre niña...
Dejé que me abrazara un rato.
Me sentía bien sabiendo que tenía todo ese apoyo.
Cuando finalmente me soltó fui al baño y me miré al espejo.
Parecía una muerta.
Estaba más pálida de lo normal y tenía unas terribles ojeras.
No podía dejar que Harry me viera así o tendría lo que quería.
Fui a por mi maleta y cogí ropa para vestirme.
Me vestí así:


Abrí la puerta del baño, ya que tenía calor, rebusqué en mi neceser y saqué algo de maquillaje para taparme las ojeras y darme algo de color a la cara.
Niall se apoyó en el marco de la puerta, cruzado de brazos.
-¿Qué haces?
-¿Tú qué crees?-dije, guardando el maquillaje en el neceser.
Fui a salir, pero él me cortó el paso.
Nos quedamos mirándonos.
-Estoy bien.
-Estás bien porque te escondes detrás del maquillaje. Pero si te lo quito...
Rápido como un rayo, pasó el dedo gordo de la mano derecha por debajo de mi ojo derecho y se llevó el maquillaje, dejando ver mi terrible ojera.
-...No lo estás.
-¡No hagas eso!-le ragañé.
Volví a ponerme maquillaje ahí.
Se sorprendieron cuando dije que quería bajar a desayunar.
-¿Estás segura? Mira que podemos subirte algo...-dijo Bego.
-Estoy segura y estoy bien. No hay más que hablar.
Bajamos y descubrimos a Jey, Zayn, Louis, Liam y Harry sentados en nuestra mesa de siempre.
Este último, al verme aparecer, se me quedó mirando.
Los demás se miraron entre sí, sin saber qué esperarse.
Cogimos algo de desayunar y nos sentamos en la mesa como si nada.
No miré a Harry. Le ignoré completamente.
-Buenos días-dije, haciendo un amago de sonrisa.
Se quedaron callados, mirándome.
-Bue...Buenos días, sí-dijo Liam.
Desayuné sin prestarle ningún tipo de atención a Harry y di conversación, como si nada hubiera pasado ayer y como si mi relación con Harry nunca hubiera existido.
Después, fuimos a la playa.
Estuve con Jey, y nos recorrimos toda la playa andando por la orilla.
No me habló de Harry y yo no saqué el tema.
Nos pasamos el resto de la mañana en la playa y después, comimos.
De vez en cuando, Harry y yo cruzábamos una mirada, pero yo siempre apartaba los ojos rápidamente.
No volvería a cazarme otra vez.
Acabamos de comer y recordé algo.
Cogí a Marta del brazo y la aparté del grupo.
-Eh, que se me olvidaba. ¿Qué tal ayer?
-Ah, bueno...
-¿Qué pasa?
-No hubo cena, al final.
-¿Qué? ¿Por qué?
-Ninguno de los dos estábamos de humor después de... Bueno, vuestra pelea.
-¿Qué? Oh, no. Fue culpa mía entonces que...
-No te culpes, Cris. Ya habrá más días en los que podremos cenar.-dijo, sonriendo.
-Eso espero.
Las chicas bajamos a la piscina y Zayn nos acompañó, aunque se quedó en la hamaca.
Nosotras empezamos a decir que le habían enviado en calidad de guardaespaldas y para espiarnos, porque no se fiaban del todo de nosotras y, en cierto modo, razón y motivos no les faltaban.
Nadé un poco sola y las oí cuchicheando.
-Tía, pues se lo está tomando bastante bien, ¿no crees?
-Pues sí. Casi diría que es la misma de siempre.
-¿Vosotras creéis que ahora Niall...?
-No sé, creo que es demasiado pronto para que se enamore otra vez.
-¿Se puede saber qué decis?-dije, acercándome.
-¡Oh, nada, nada!-dijeron ellas, mirándome con sorpresa.
Bueno, si no querían contármelo, allá ellas.
Cuando nos cansamos de agua, subimos arriba.
Entré en la habitación de Niall y le vi hablando con Liam.
-¡Hola! Ya estoy aquí. Voy a ducharme, ¿vale?
-Claro.
Colgué el bañador y la toalla para que se secaran y me encaminé al baño.
Sonreí sin querer cuando, al ducharme, cogí el gel de chocolate.
El gel favorito de Harry.
Terminé de ducharme y me puse la ropa de antes, ya que no tenía ganas de coger otra y salí con Liam y Niall fuera, tumbándome en la cama.
Ellos me miraron desde el sillón.
-¿Qué tal estás?-preguntó Liam.
-Algo mejor.
-Tienes mejor cara.
-Mi cara siempre fue perfecta, si es lo que intentas decirme.
Los dos rieron.
Bien, ya estaba volviendo a mi humor.
¡Olvidar a Harry tampoco era tan complicado!
Llamaron a la puerta y yo abrí.
Eran las chicas.
-Vamos a echar un vistazo a las tiendas del hotel, ¿te vienes?-preguntó Isa.
-¡Claro! Niam, me voy, ¿vale?
Rieron al ver cómo había acortado sus nombres.
-¡Vale, adiós!
Cerré la puerta tras de mí y bajé junto con las chicas a las tiendas del hotel, que estaban llenas de camisetas de "I love Bahamas and Bahamas loves me" y bolsos con ese lema hortera.
Aún así, nos tiramos un buen rato de tienda en tienda, pero, al igual que en el mercadillo, no compramos nada.
Las chicas no paraban de susurrar a mis espaldas.
¿Qué les pasaría?
Joder, yo estaba bien. ¿No se veía? No lloraba, no ponía pucheritos, no lloriqueaba por las esquinas. Estaba bien.
Cuando al fin nos recorrimos todas las tiendas, íbamos a subir a la habitación cuando en recepción nos encontramos a Lindsey.
Mi primer instinto fue partirle la cara.
El segundo fue pasar el tema.
El tercero fue matarla.
Y el cuarto pensar que ella no tenía la culpa de que Harry fuera así.
Fue a decirnos algo, pero Bego se tiró contra ella, dispuesta a matarla, mientras decía cosas tipo "¡Te cojo y te arrastro de los pelos por todo el hotel, a ver qué te parece!", cosas que nos dieron miedo y, si no llegamos a separarlas a tiempo, la hubiera matado.
No sabía que Bego era así, desde luego, había muchas cosas de Bego que no sabía.
Isa y Marta tuvieron que sujetarla porque sino, se lanzaría de nuevo contra ella.
-¿Qué quieres?-le dije.
-Vengo a pedirte perdón.
-¡Sí claro! ¡Ahora! ¿No? ¡Serás cacho guarra!
Sonreí.
Oír a Bego hablar así no tenía precio.
-Mira, vi vuestra pelea de ayer y... La culpa fue mía. Fui a que me firmara unos autógrafos y, cuando lo hizo, no pude resistirme, así que salté sobre él y, sin darle tiempo a reaccionar, nuestros labios se rozaron. Y ahí fue cuando abriste la puerta. No pasó nada más, de verdad. Harry mantenía las distancias conmigo y yo fui la que... Bueno, eso. Que no espero que me perdones a mí, pero al menos sí a él.
Y, dicho esto, se fue.
Bego ya no gritaba.
Me quedé mirando el infinito, pensando.
"La culpa fue mía. Harry mantenía las distancias conmigo y yo fui la que... Salté sobre él y nuestros labios se rozaron... No pasó nada más, de verdad."
Escondí la cara entre las manos.
"Si crees que por ti no he cambiado, estás muy equivocada."
Así que Harry no me había engañado. En verdad había cambiado. ¡Y yo le había dicho todas esas cosas horribles pensando que no cambió y en realidad sí lo hizo!
Me quité las manos de la cara y las puse en la cadera, mientras me mordía el labio pugnando porque las lágrimas no asomaran en mis ojos.
-Cris, ¿estás bien?-dijo Bego, pasándome un brazo por los hombros.
Me sequé los ojos con el dorso de la mano.
-Sí, claro. Estoy bien.
-¿Qué vas a hacer ahora que sabes que...?
-No sé, Isa. Necesito algo de tiempo.
Subimos arriba y entré en el cuarto de Niall, que seguía allí con Liam y Louis.
Les conté el encuentro con Lindsey.
-Ya lo sabía-dijo entonces Louis-Harry me lo dijo ayer.
-¿Y cuándo pensabas decírmelo?
-Bueno, él mismo te lo iba a decir, pero no quisiste escucharle.
-Arg, tienes razón. Soy una metepatas de cuidado.
-Él tampoco estuvo muy acertado al decirte las cosas que te dijo.
-Pero porque yo le ataqué primero.
-¿Ahora le defiendes?
-Sí...No...No sé.
Bajamos a cenar con los demás y yo seguía con mi plan de ignorar a Harry.
Vale, no me había engañado.
Pero sus palabras aún resonaban en mis oídos.
Algo más animados ya que Harry y yo habíamos vuelto al punto de partida, es decir, sin hablarnos ni hacer caso de la existencia del otro, fuimos al bar, donde el camarero ya nos conocía.
Ellos se sentaron en un sillón que había por ahí cerca y nosotras nos sentamos en la barra.
Estaba muy concentrada mirando mi Coca-Cola cuando oí que las chicas no hacían más que mirar hacia un lado y reírse.
-¿Se puede saber qué os pasa? Lleváis todo el día cuchicheando...-dije al final.
-Mira allí-dijo Isa, señalando a un grupo de chicos que tenían toda la pinta de ser surfistas.
-Ajá, ¿y?
-¡No hacen más que mirarnos!
-Porque somos divinas, pero eso ya lo sabíamos de antes.
Bebí de mi Coca Cola.
-¿Sabes?-me dijo Marta, dándome un codazo-Ese rubio con rizos de ahí no hace más que mirarte.
-¿Le gustará mi espalda? Porque es lo único que ve...
Se rieron.
No obstante, me giré, por curiosidad, para ver cómo era mi espía.
Era como Harry, pero en rubio y con ojos azules.
Suspiré.
-Los Harrys del mundo me persiguen.-dije, molesta.
-Pues ahora que lo dices, es idéntico a Harry.
-¿Será Harry, que se ha teñido?
Miraron hacia donde estaban los chicos, le vieron ahí sentado y su teoría se rompió en mil cachos.
Siguieron cuchicheando y riéndose, hasta que las vi alejarse.
-¡Eh! ¿Pero adónde vais?
-Tú quédate ahí mujer, quédate.-dijo Marta, mientras reían.
Alguien se sentó entonces en el taburete que tenía al lado.
Sin mover la cabeza, le miré.
Era Harry versión 2.0.
¿POR QUÉ A MI?
Suspiré.
Desertoras. 
Las vi sentarse con los chicos y señalarme.
Ellos me miraron.
Harry entrecerró los ojos, pero no supe si era porque no le hacía ninguna gracia ver a ese chico tan cerca de mí o si era porque el chico era exactamente clavado a él.
-Hola, señorita.-dijo con un acento que no conocía.
Australiano, quizá. O yo qué, a mí del inglés, español y del irlandés no me saques.
-Hola-dije, haciendo como que sonreía.
-¿Cómo estás tan sola?
-No estaba sola. Mis amigas estaban conmigo pero, al acercarte tú, las asustate y salieron huyendo.
Él rió.
Incluso se reía parecido a Harry.
Me daba miedo.
-Oh, vaya, y eso que mis amigos dicen que soy un imán para las mujeres...
-Pues a mis amigas las repeles, no sé cómo lo ves.
Volvió a reír.
-¿Y a ti? ¿No te repelo?
Me encogí de hombros.
-La verdad, por no levantarme e irme para allá, prefiero quedarme aquí, me repelas o no...
-Eres divertida.-dijo, sonriendo.
-Oh, lo sé.
-Aparte de guapa.
-Mintiéndome no vas a ir a ningún lado.
-No miento.
-Bueno, vale, como quieras.
No me apetecía ponerme a discutir con un surfista doble de Harry si era guapa o no.
-¿Y tienes novio?
Sabía que me lo acabaría preguntando.
-Tenía. Me dejó ayer.
-Oh, pobrecita... Ese chico no sabe lo que ha perdido. Podríamos subir a mi habitación y hablar un poco de eso, si quieres. Mis amigos dicen que soy muy bueno consolando a las mujeres.
-Los mismos amigos que dicen que eres un imán para ellas y, en cambio, huyen al verte.
Sonrió.
-Sí, esos mismos.
-¿Sabes? Creo que paso. Sé lo que vas buscando.
Cogí mi Coca Cola y me fui con los chicos mientras el Harry 2.0 murmuraba por lo bajo y se reunía con sus amigos.
Me senté al lado de Zayn en el sillón.
Todos me miraban.
-¿Qué?-dije.
-Bueno... ¿Qué te ha dicho ese chico?-preguntó Bego.
-Quería consolarme un rato en su habitación en el más perverso sentido de la palabra. Cada vez hay gente más desesperada, de verdad.
Todos, menos Harry y yo, que solo sonreí, rieron.
Nos quedamos mirando y después, apartamos la vista los dos.
Subimos a la habitación de Zayn y Liam, ya que la gente aún tenía ganas de fiesta.
Harry dijo que tenía que volver a la habitación a por su móvil y que ahora volvía, yo aprovechando que en ese momento nadie me estaba mirando, fui detrás y vi como se metía en la habitación.
Fui hacia su puerta y apoyé la frente en ella.
¿Qué estaba haciendo?
Antes de que supiera lo que hacía, Harry abrió la puerta y me encontró ahí, de pie, mirándole.
Me alejé hasta chocarme con la pared y me crucé de brazos.
Él cerró la puerta y se cruzo de brazos también.
Nos miramos en silencio un par de minutos, hasta que él lo rompió.
-Estás aquí.
-Nunca me fui.
-¿Por qué te quedaste?
-Por si me necesitabas.
-Siempre te necesito.
No le contesté. Me limité a mirarle.
-¿Hasta cuándo piensas seguir ignorándome?
Me encogí de hombros.
-No me engañaste. Lindsey me ha contando lo que pasó.
Él, que hasta entonces había estando tenso, se relajó un poco.
-Intenté decírtelo, pero no me escuchaste.
-Lo sé. Puede que en eso seas inocente, pero sigues siendo culpable de tus palabras.
Seguí mirándole y después, me separé de la pared y eché a andar hacia la habitación de Liam y Zayn.
-Te quiero.
Me detuve en mitad del pasillo y le miré por encima del hombro.
Seguía de pie, delante de su puerta, justamente donde le había dejado.
-Y yo.
Y seguí andando hasta llegar a la habitación, la cuál era mi destino y entré.
Pasados unos minutos, él entró también.
Nadie dijo nada sobre esto.
Cuando estuvimos cansados, fuimos cada uno a nuestro cuarto a dormir.
Una vez que estuvimos en la cama, Niall me preguntó.
-¿Qué pasó con Harry antes?
-Nada. Solamente le dije que Lindsey me dijo que la culpa fue suya.
-¿Y qué dijo?
-Que me quería.
-¿Y qué dijiste tú?
-Que también le quería a él.
-¿Entonces ya estáis reconciliados?
-No. No le he perdonado sus palabras.
-Pero al menos ya estás mejor después de saber que él no te engañó, ¿verdad?
-Sí. Mejor estoy.
Nos levantamos al día siguiente, desayunamos y pasamos la última mañana en la playa.
Harry y yo volvíamos a ignorarnos mútuamente y la gente se preguntaba cuánto tiempo seguiríamos con ello.
Comimos, nos duchamos y volvimos al aeropuerto.
Esta vez no tuve ningún reparo en sentarme con Bego en el avión.
Una vez que despegamos, Louis vino a echarme de mi sitio.
-Tú. Fuera de mi sitio.
-¿Y si no quiero?
-Te llevo a la fuerza.
-No te atreves.
Dos minutos más tarde, Lou me llevaba al hombro y me dejaba sentada con Zayn y Liam.
-¡Adiós! ¡Qué te diviertas!-dijo, y se fue a mi sitio.
Tendría que preguntarle a Bego si oficialmente ya salían juntos o qué, porque cada vez pasaban más tiempo en compañía del otro.
Estuve todo el vuelo con Liam y Zayn, hablando, haciendo el tonto y quitándole la gorra a Jeydon.
Al aterrizar, Paul nos esperaba con el coche.
Le estuve contando la extraña gastronomía del país y más o menos, lo que habíamos hecho allí.
Obvio, no le comenté nada de mi pelea con Harry.
Una vez en casa, nos dijimos todos adiós, hasta luego y entré en casa con mi maleta.
-¡Hija!-dijeron mis padres, tirándose contra mí y abrazándome.
-Ay, me hacéis daño...
-¿Qué tal por allí? ¿Qué tal lo has pasado?
-Ah, bien, bien.
Y les conté un poco así por encima lo que hicimos.
-Y ahora, si me disculpáis, quiero deshacer mi maleta...
-¿Y Harry? ¿Qué tal con él?
Mi madre tuvo que meter el dedo en la llaga.
-Ya no estoy con él, mamá. Nos peleamos estando allí.
-¿Qué? ¿En serio? A ti los chicos no te duran nada... Pues se os veía tan bien...
-Mejor, así sabemos que aún estás por estrenar.
-¡PAPÁ!-dije, molesta.
-¿Qué? Es que aún eres demasiado pequeña y los chicos de hoy en día están muy espabilados...
-Papá, tengo casi dieciocho años. Ya no soy una niña.
-Pero tienes la altura de una niña.
Y se empezó a reír.
Subí a mi habitación, saqué la ropa de la maleta y bajé a echar a lavar la ropa que usé y la que no la doblé y la coloqué en el armario.
Me conecté un rato y vi en Twitter varios tweets para mí. Desde que salí en el concurso y en la revista, mi popularidad iba en aumento.
Es curioso, dado que vine a Londres buscando irme de nuevo a Madrid y me había chocado con la fama. Suspiré. En fin.
Vi también que había varias fotos de nosotros en las Bahamas circulando por ahí. ¡Qué verguenza! La gente veía fotos de mí en bañador. Cualquiera podría disponer de ellas. Supongo que tendría que acostumbrarme a eso.
Eché la silla para atrás y miré mi cama.
Y, entonces vi a Narry, el gatito de peluche que Harry me regaló.
-Oh.
Me levanté y lo cogí en brazos.
Me senté en la cama y miré por la ventana la casa de los chicos, acariciando al felino de mentira.
Quería a Harry de vuelta.
Hum, sería fácil.
Solo tenía que ir a su casa y decirle "¡Eh, Harry! Que me da todo igual mientras que me quieras, ¿vale? Pues eso".
As long as you lolololololololololololololove me, love me.
Pero no.
Volvería arrastrándome a él y yo no era así.
"Siempre acabas viniendo tú a mí".
Y por esa razón esta vez no lo haría.
Me llamaron al móvil.
-¡Cristinupi!
-Marta, no me llames así, por favor. Es un nombre horrible.
-Vale, jo, era por no llamarte gatita yo también...
Rió.
-Queremos irnos al centro comercial, ¿te vienes?
-Pero si acabamos de llegar a casa...
-Ya, pero es que no podemos estarnos quietas. Además, allí no nos compramos nada. Y me lo debes, por no dejarme cenar con Liam.
-Vale, vale. Iré, mujer.
Como cosa de media hora después, ya estábamos en el centro comercial.
Ir de compras siempre me había echo despejarme un poco las ideas.
Estaba mirando unas camisetas cuando vi un jersey que me hizo reír.
-¿De qué te ríes, Cris?-me preguntó Isa.
Le enseñé el jersey.
-De esto.
Era un jersey negro con unas letras en rosa que decía "I like cats".
Ellas se rieron.
-Sé de alguien que le gustaría verte con el puesto...-dijo Bego.
-Y yo.
Y me la compré.
De nuevo, cargadas con bolsas, acabamos cenando en el McDonald´s.
Recordé que la última vez que estuve allí no hacía más que mandarme mensajitos con Harry.
Tenía el móvil en la mano, esperando recibir algún mensaje suyo, aún a sabiendas de que sería en vano.
Pues yo quería mensajearme con alguien.
"¡Eh, Nialler! ¿Qué tal? ¿Qué haces? Las niñas me han arrastrado al centro comercial y ahora estamos cenando (: xx"
-¿Qué haces?-me preguntó Marta.-¿Otra vez con los peligrosos mensajitos?
-Sí. Pero esta vez ha sido a Niall.
Se miraron entre ellas.
-¿Qué?
-Oh, nada, nada.
-Am, vale. ¡Ah, respuesta!
"Aquí estoy, que acabo de deshacer mi maleta y la de Zayn. ¿Qué? ¿Qué estais cenando sin mi? D: ¿Cómo os atrevéis? Que tengo hambre... :D xx"
Reí.
-Dice Niall que como nos atrevemos a cenar sin él.
-Dile que la próxima vez le invitamos nosotras si nos lleva las bolsas-dijo Marta.
"Dice Marta que la próxima te invitamos a cenar si nos llevas las bolsas. Yo ceno contigo sin necesidad de que me las lleves, ya tú sabéh :3 xx"
"Marta es mala conmigo D: ¿Si? Bueno es saberlo (: xx"
"Bah, no se lo tengas en cuenta, es mala con todo el mundo menos con Liam. Sí :D Por cierto, ¿para cuándo más clases de irlandés? ¡No puedes dejarme así ahora que tengo casi un perfecto dominio de tu idioma! D: xx"
-Anda, come y deja de mandar mensajitos. Dame el móvil.
-¡No! ¡Es mío!
Y Marta me quitó el móvil.
-Te lo daré cuando termines de cenar.
-Eres peor que mi madre.
-Será porque soy tu segunda madre.
-¿Quiere decir eso que Liam es mi segundo papá?
-Sí, exactamente.
-Pues él estaría de acuerdo en que me devuelvas el móvil.
-Cuando comas.
-Vale.
Una vez que terminamos de cenar y mandamos de nuevo a Isa a por el postre, em lo dio.
"Uyuy, hay hay tema. ¡Bien! Oh, creí que te habías olvidado de nuestras clases. Perfecto dominio del idioma y te sabes cuatro palabras y dos frases enteras, haha. Buscaré cuando tenga un hueco y te lo diré, ¿de acuerdo? (: xx"
"Eso parece, que hay tema. ¿Yo? ¿Olvidarme de mi profesor particular favorito? Eres tú quién ha olvidado a su favorira (y única) alumna. Ay, déjame, eso para mí es saber ya mucho, haha. Me parece perfecto (: xx"
Cansadas ya de tan ajetreado día, volvimos a casa.
-Cris.
-¿Hum?
-¿Puedo hacerte una pregunta?
-Puedes, Marta, puedes.
-¿No echas de menos a Harry?
-¿Por qué lo dices?
Se encogió de hombros.
-No sé, es que estáis igual que antes, quiero decir, os ignoráis mutuamente y tú estás con Niall...Todo el rato...
-Sí le echo de menos, sí. Mucho. Pero no voy a hundirme en la agonía por eso. Y no estoy con Niall todo el rato. Le quiero y por eso no puedo evitar estar en contacto con él y eso.
De nuevo en casa, me puse el pijama y me fui a dormir temprano.
Estaba cansada y la mala noche que pasé el día anterior me pasaba factura.
Me dormí con Narry en brazos.
Al día siguiente, recibí un mensaje de Niall por la tarde.
"Tengo un hueco ahora. ¿Qué tal si te pasas por aquí, estudiamos irlandés y después cenas conmigo? (: xx"
"¡Aw! Sí, claro, por supuesto (: Me ducho, me visto y estoy allí".
"Pero tampoco hace falta que corras, haha. Tengo toda la noche libre. Ven sin prisas, que aquí espero. Entra con la llave que tienes tú :D"
Como me dijo que no me diera prisa, me duché a conciencia y después tardé un rato en elegir la ropa. Finalmente, me decanté por esto:


Cuando salí de casa, ya estaba anocheciendo.
Les dije a mis padres adónde iba y que no se preocuparan si no volvía a dormir allí. En casa de los chicos siempre había un sillón o una maleta o un hueco en la cama de Niall para mí.
Abrí la puerta y vi que todo estaba oscuro.
-¿Hola? ¿Niall? ¿Hay alguien? ¿Por qué hablo sola?
Entré en el salón y vi que, en la mesa que estaba a la izquierda de los sillones, había dos platos, cubiertos y velas encendidas.
Tenía toda la pinta de ser una cena romántica.
Pero...¿Niall? No entendía nada.
En ese momento, Harry apareció por la puerta de la cocina y se apoyó en el marco de esta.
-No grites. Estamos solos, así que nadie te oirá.
-¿Dónde están los demás?
-Se han ido.
-¿Y Niall?
-Se fue también.
Fruncí el ceño, empezando las piezas del puzzle y comprendiendo.
-Ah, entiendo. No era Niall el del mensaje. No es conmigo con quién quiere cenar.
-Bueno, Niall sí que fue el del mensaje, me dijo que me ayudaría en mi plan de reconciliarme contigo y contigo sí que quiere cenar, ¿por qué no iba a querer?
Me quedé en el sitio, cruzada de brazos.
-Así que quieres reconciliarte conmigo.
-Así es.
-¿Y qué pasa si yo te digo que yo no quiero reconciliarme contigo?
Harry sonrió.
-Que no te creo.
Miré hacia otro lado, haciendo una mueca con la boca.
-Dame la oportunidad al menos de hablar contigo, de intentar arreglarlo.
Le miré.
-Vamos, quédate.-me pidió.
-¿Por qué?
-Porque quiero que cenes conmigo.
-¿Para qué?
-Para que cenes conmigo.
-¿Y?
-Y hablemos.
-¿Sobre qué?
-Sobre lo mucho que te quiero.
Me mordí el labio inferior para no sonreír, pero fue inevitable.
-Está bien. Me quedaré.
Intenté sonar seria, pero una sonrisilla me delató.
No iba dispuesta a perdonarle, pero...¿Había algo que no fuera capaz de hacer por Harry?

¡Bueno, gentecilla! Pues aquí otro capítulo. ¿Qué pasa? ¿Carry se reconciliará? ¿O alguno de los dos meterá la pata en el último momento? Bueno, lo de siempre. Que mil gracias por leer y que sois amor.
@Cris_Jbieber