Tumbada en la cama de Zayn, miraba el techo, como si este tuviera escritas en él las respuestas a mis preguntas.
¿Por qué defendí a Harry? ¿Es porque algo todavía me importa? ¿Es porque odio a Carly? ¿Es porque siento que no puedo dejar que le hagan daño, que debo protegerlo? ¿Es porque aún le quiero?
Suspiré y cerré los ojos.
Nada más echar a Carly, dije que estaba cansada y que me subía arriba.
Zayn fue a seguirme, pero intercambié con él una mirada y comprendió. Yo quería pensar en lo que había pasado.
No obstante, el que me siguió fue Harry.
"-¿Podrías, por favor, dejar de acosarme aunque sólo fueran unas horas? Te lo agradecería infinito.
-Yo no te acoso.
-Está bien, Harry, como quieras... Estoy cansada, ¿si? Ya hablaremos si eso.
-No, espera, no te vayas.
-¿Qué?
-¿Por qué lo has hecho?
-¿El qué? Si yo no he hecho nada.
-¿Por qué has reaccionado así cuando Carly se volvió contra mí?
-Oh, vamos Harry... No pensarás que lo hice porque te atacó a ti.
-¿Por qué sino?
-Me hubiera comportado igual aunque hubiera atacado a la maceta de la entrada. Odio a esa chica y esa era una buena excusa para... Echarla. Ya no hay más. No le des más vueltas. No lo hice por ti.
Suspiró.
-Está bien. Gracias, de todos modos.
-Muérete.
Dicho esto, cerré la puerta del cuerto de Zayn tras de mí".
Quizá había sido un poco bastante dura con él.
¿Qué narices? Él no había tenido ningún reparo en dañarme. No había que tener la menor consideración con él.
Llamaron a la puerta y Zayn asomó la cabeza.
-¿Estás bien?
Me levanté de la cama y avancé hacia él.
-Claro que sí.
-¿De verdad?
Hice una mueca.
-¿Te mentiría yo, Zayn?
No obstante, él vio que aunque mi boca decía una cosa, mi cara otra y me abrazó.
Bajamos a cenar y Harry, a diferencia de los otros días, no me miró ni una sola vez.
A una parte de mí, eso le supuso un alivio, pero a otra, le inquietó.
¿Se habría tomado demasiado a mal mi última palabra hacia él? Seguro. Bueno, ¿y qué? Qué más daba.
Harry era ya punto y final. Esto sólo haría las cosas más fáciles.
(...)
Desperté a la mañana siguiente y sentí el cuerpo de Zayn muy próximo al mío.
Siempre que dormíamos, una parte de él me tocaba, bien fuera una mano, un brazo o una pierna, pero siempre había algo que me rozaba, recordándome su presencia. Habíamos cogido esta costumbre del tiempo que pasamos juntos en el Tour ya que, si despertaba y no le veía, lo llamaba a gritos y volvía a echarme a llorar, pensando que, al igual que Harry, me había dejado sola.
Pero esta vez era diferente.
Apenas unos milímetros separaban su pecho de mi espalda y podía sentir su respiración acariciando mi nuca y eso me recordó a algo que pasó con Harry.
"Aunque era Septiembre, tenía calor.
La ventana del cuarto estaba cerrada y afuera llovía, pero yo estaba metida en la cama con las sábanas hasta la nariz. Si me destapaba, destaparía también a Harry, quién contribuía a acalorarme más, así que deseché esa idea y decidí deshacerme del pijama y dormir en ropa interior.
Harry, que dormía, no se dió cuenta de esto.
Cuando desperté, por la mañana, abrí ligeramente los ojos y vi, por la ventana, que negras nubes coronaban el cielo y que continuaba lloviendo. Mm, me encantaba despertar con ese panorama.
Cerré los ojos, disfrutando del sonido de la lluvia, que era intensa y por eso podía oírla y la dulce respiración de Harry, tumbado a mi lado.
Yo miraba hacia la ventana, dándole la espalda.
De nuevo con calor, me destapé un poco, dejando la sábana a la altura de mi cintura.
Entonces, sentí la nariz de Harry subir por mi columna.
Su respiración me hacía cosquillas y la piel se me erizó.
Él continuó su ascensión por mi espalda y pasó por mi cuello, donde se detuvo.
Abrí los ojos y giré la cabeza.
Mis ojos se encontraron con los suyos y sonreímos a la vez.
Extendió una de sus manos y, con delicadeza, con la punta de los dedos, me acarició la mejilla.
Le cogí la mano con la que me acariciaba y la apreté con la mía.
-Te quiero-le dije.
Él sonrió de nuevo y agachó la cabeza, rozando mis labios, pero sin llegar a besarme.
-Y yo-dijo, contra estos, rozándolos.
Y luego ya me dio el tan esperando beso".
Cerré los ojos con fuerza, esperando alejar de mí ese recuerdo.
Aquello ya había muerto.
No volvería a repetirse jamás.
¿Qué ganaba recordándolo?
Suspiré y me di la vuelta.
Escondí la cabeza en el pecho de Zayn y apoyé las manos en él.
Cerré entonces los ojos.
Dormiría de nuevo si eso conseguía hacerme escapar del recuerdo de Harry.
Pero no pude dormirme de nuevo, así que me levanté y bajé abajo, para encontrarme a un Louis con delantal y quinientos productos de limpieza, más una escoba y un plumero.
-¿Qué haces, so loco?-dije, ladeando la cabeza.
Louis se dio la vuelta, ya que hasta entonces me había estado dando la espalda y me miró como si le acabara de sorprender robando.
-¿Yo? Nada. Limpiar. ¿Es que acaso no puedo limpiar mi propia casa?
-Sí que puedes, pero nunca lo haces. Eso siempre es tarea de Niall o Liam, bien que lo sé. ¿Qué pasa?
-¡Nada! ¿Qué quieres que pase? Pues que me he levantado con ganas de dejar la casa limpia y brillante y pues...
-Louis, que qué pasa.
-Bueno vale es que hoy viene Bego a cenar.
Puse cara de sorpresa.
-¿Cómo lo de Harry y yo?
-Sep.
-Espera, ¿eso no significará que...?
-Exacto, significa que todos tenéis que salir de esta casa por la noche.
-¿Qué? ¿Y qué hago yo?
-¿Tú? Cogeros y os vais todos por ahí, qué sé yo. Y sino, pues os cogéis tú y Zayn y ya está.
Le miré mal.
-¿Y qué vais a hacer, eh, eh?
-Nada. Cenar, como ya te he dicho. Dormir podéis dormir aquí. Nosotros no somos como vosotros dos.
Puse los brazos en la cintura.
¡Esto sí que tenía gracia!
-Bueno, pero os da tiempo a algo rapidito... Ya me entiendes, ¿no?-dije, levantando y bajando las cejas, en un movimiento insinuador.
Y el plumero me dio en la cara.
-Liam se hubiera escandalizado de nuevo si hubiera oído lo que has dicho.
-Liam se escandaliza por todo.
-Ya, también.
-¡Ostia puta Lou! ¿Y todo esto de limpieza?-dijo Niall, bajando por la escalera.
Louis y yo nos miramos.
-¡Para lavarte a ti la boca, malhablado!-dijo Louis, agarrando la escoba.
-¡Abre la boca!-dije, cogiendo el plumero.
-¡AHHH! ¡NO, NO, NO!
De los gritos que dio acabó despertando al resto de la tropa que nos echaron a Louis y a mí una bronca mientras Niall se reía de nosotros en el sillón.
Louis y yo fingimos echarnos a llorar diciendo que lo hacíamos por el bien de Niall, que nos tiró la escoba.
Desayunamos (como siempre, Harry en una punta y yo en otra, todo lo alejados que podíamos) y, con el pretexto de siempre, que no era otro que vestirme y hacerle la cama a Zayn, subí arriba.
Vestida con unos vaqueros negros y una camiseta blanca con un enorme corazón negro, me hice una coleta alta y me puse a hacer la cama.
Apenas había empezado cuando Zayn entró en el cuarto.
-Ya me ha contando Lou los planes que tiene para esta noche.
-¿Y qué opinas?
-Que esta noche más que nunca tenemos que poner las orejas en su pared.
Rompí a reír y él me siguió.
-Y yo, bueno...
-¿Me pasas la almohada?
Lo hizo y la coloqué.
-¿Crees que podría ir contigo hoy a la academia?
Me giré y me crucé de brazos.
-¿Es que quieres aprender a bailar?-dije, sin poder ocultar una sonrisa.
Rió y negó con la cabeza.
-No, jaja, yo soy un caso perdido ya para el baile.
-¿Entonces?-dije, mirándole con curiosidad.
Él desvió la mirada antes de contestarme.
-Para verte, digo, veros bailar.
-Oh. Pues claro. Ningún problema.
Jey y Bego se sorprendieron al ver quién me acompañaba.
-¿Tú también te apuntas a esto, Zayn?
-No, déjate de bailar, Jey. Yo soy más de gorras. Hoy no soy más que un mero espectador.
Giré la cabeza hacia atrás, ya que Bego y yo íbamos delante y nuestras miradas se encontraron.
Sonreímos a la vez.
¡Idiota! ¿Qué se supone que haces?
¿Qué pasa? ¿Acaso es absurdo alegrarme porque ha querido venir a verme, digo, a vernos a la academia?
No, lo que es absurdo es que estés hablando con tu propia mente...
En la academia, nuestras compañeras se alegraron bastante de que Zayn estuviera allí. Incluso Alice lo hizo. Qué gente más espabilada, de verdad.
Él se sentó en las colchonetas, lugar típico de descanso de Bego y mío (y desde hace tiempo también de Jey y Amber, por desgracia) y no se movió de allí, salvo una vez que salió a fumar fuera y yo, tomándome unos minutos, le acompañé.
-¿Qué? ¿Qué opinas?
-Que lo haces muy bien. No me extraña en absoluto que ganaras el concurso.
-Adulador. Nadie me dice cosas tan bonitas sin querer algo a cambio. ¿Qué quieres de mí?
Rió.
-Nada, de verdad.
-¿Seguro?-dije, alzando una ceja.
-Bueno, en realidad, algo quiero de ti.
-¡Lo sabía! ¡Te lo dije!
Reímos los dos.
-¿Y bien? ¿Qué es?
Me miró pero desvió la mirada.
-No, que dices que no...
-¡Ja! ¿Qué te apuestas a que digo que sí?
Sonrió, pero seguía sin mirarme.
-Venga, Zayn, que con la timidez no vas muy lejos. Estás hablando conmigo, no con ella.
Suspiró y tiró el cigarrillo.
-Pues que como esos dos van a cenar en casa y estos decían de irnos todos por ahí, lo que conllevaría que Harry también estaría ahí, pues que si quieres que nos vayamos nosotros dos, por nuestra cuenta.
-¿A?
-A lo que quieras.
-¿Perderme por ahí contigo y hacer lo que quiera? Mm...
Fingí pensarmelo.
-¿Y tú cómo fuiste capaz de pensar en que iba a negarme? ¡Por Dios, sí, claro que sí! Lo que tú quieras, Zayn.
Me sonrió.
-Pero antes pasamos por mi casa. No puedo ir con esta ropa por la vida.-dije, señalándome.
-Pero si no vas mal.
-Hombres, siempre iguales. No puedo ir por ahí con unas mayas negras y una camiseta de estar por casa.
El tono con el que lo dije le hizo reír.
-Nadie te va a ver eso porque llevas el abrigo.
-Me vas a ver tú, que es suficiente. Y que no, no insistas, tu argumento es inválido. Me voy a cambiar de ropa y punto.
-Como quieras.
-Voy un momento a por la mochila y nos vamos, ¿vale?
-Pero si aún no es la hora...
-¿Y qué más da? Hoy salgo antes. Un momento-dije, entrando.
En cuestión de segundos salía de nuevo.
-Vámonos.
Llegamos a mi casa y mamá salió a nuestro encuentro.
-¡Ah, mi hija perdida de la que ya casi nada sé! ¿Qué me cuentas?
-Ay, no sé, Zayn dile tú-dije, mientras subía las escaleras.
-¿Yo?
Dejé la mochila en la cama y abrí el armario.
¿Qué podría ponerme?
Zayn tampoco había especificado adónde íbamos tan sólo eso. Que nos íbamos los dos.
Me decanté por algo sencillo, cogí un bolso, metí lo que consideré necesario y me puse una chaqueta encima.
Bajé las escaleras.
-¿Zayn?-le llamé.
-¡Aquí!-dijo, apareciendo proveniente del salón.
-¿Nos vamos?
-Vamos.
Salimos de casa y echamos a andar.
-¿Sabes adónde vamos?-pregunté.
-No. ¿Y tú?
-Menos todavía, porque te seguía a ti.
-Oh, vaya.
Nos reímos los dos.
Dimos un paseo considerable y acabamos tomando algo en un bar.
-No quiero que pienses que soy un pesado y que siempre me remito al mismo tema, pero... ¿Qué le dijiste a Harry para que... Bueno... Para que se haya alejado de ti finalmente?
Aquello me pilló por sorpresa.
-Le dije algo horrible.
-¿Qué es feo?
Reí con eso.
-No, peor.
-No sé qué puedes decirle que sea peor que eso para él y le hiera tanto.
-Bueno... Le dije que se muriera.
Y le expliqué lo que ocurrió.
-Bah, él sabe que no se lo dijiste en serio.
-Ya, supongo. No me preocupo por eso.
-¿De verdad?
-Has sido tú quién ha sacado el tema y no yo. Harry está totalmente fuera de mis pensamientos, de mi cabeza y de mi vida.
-Tienes razón. Perdóname.
-No hay nada que perdonarte.
Estuvimos hablando durante minutos, que se conviertieron en horas.
-¿Crees que ya nos dejarán ir a casa?-pregunté.
-Y si no qué se jodan.
-¡Serás malo!-dije, riendo.
Salimos del bar y, autómaticamente, mi brazo se colocó alrededor de su cintura y el suyo pasó sobre mis hombros.
-Bego-
Vi a Cris entrar de nuevo y coger la mochila.
-¿Adónde vas?-le pregunté.
-¿Em? ¡Ah! Me voy con Zayn.
-¿Adónde?
-No sé, él dice que nos vayamos, pues me voy con él.
-¿No se supone que os íbais vosotros todos juntos?
-Tú lo has dicho, se supone, pero no tengo ganas de verle la cara a Harry, así que... Bueno, me voy, que Zayn está esperando y aún tenemos que pasar por mi casa. Mañana ya me cuentas qué tal todo, ¿eh?-dijo, guiñándome el ojo.
Después se fue.
Mm.
Esta chica... Hacía tiempo que no hablaba con ella seriamente.
Con el único con el que hablaba era con Zayn.
Y algo le pasaba, había que estar ciego para no darse cuenta.
-End-
-Marta-
-¡Liam, vámonos! Bego estará al caer.
Él apareció en la puerta.
-Vámonos, pues.
-¡Sin mí no!-dijo Niall.-Y esperáos porque falta Harry.
-Por mí como si se queda aquí-dije.
Harry apareció e Isa llamó al timbre, por lo que estábamos todos y pudimos irnos.
-¿Y Jey?-preguntó Harry a mitad de camino.
-Perdido, muerto yo qué sé.
Liam me pasó un brazo por los hombros y dejó un beso en mi frente.
Sabía que estaba profundamente enfadada con Harry por lo que le había hecho a Cris, aunque esta se empeñara en defenderlo por todo lo alto. Estaba ciega.
Como no podía ser de otra manera, acabamos cenando en el tan famoso italiano que tenía un camarero con un bigote descomunal.
Estábamos raros, ya que esta vez no eran Cris y Harry sólo los que faltaban, sino ella, Zayn, mi hermano y Louis y Bego. Era muy raro encontrarnos sin ellos, pero para raro, ya estaba Harry.
Desde que me preguntó por mi hermano, no había vuelto a pronunciar palabra.
Cuando salimos de casa tenía mala cara, pero cuando ya se cercionó, cuando no vio ni a Cris ni a Zayn por allí, de que definitivamente ella no iba a estar, puso aún peor cara.
No me daba ninguna clase de pena.
Él no había tenido reparos en hacerle daño a mi amiga, no iba a apenarme ni un ápice por él.
Encima no estaban ni Louis ni Cris, que eran los que normalmente nos entretenían con sus tonterías, porque tontos los dos eran un rato. Pero con amor, eh.
Por suerte tenía a Liam, que, sin necesidad de que se lo explicase, estaba al corriente de todo y sobre él, y sobre Niall cayó esta vez el peso de la responsabilidad de hacernos reír, pero con un Harry con cara de muerto, era algo bastante difícil reírse.
-End-
Me dolía la tripa de tanto reírme.
-Vamos, Zayn. La casa no va a venir a nosotros.
-Ya ando, ya ando.
Me retó que no era capaz de bailar el Gangnam Style delante de un grupo de chavales que estaban sentados en un banco. Cuando vio que lo hacía, pensó que nunca debió haberme retado.
Y ahora, me me llevaba a caballito a casa, decidió que nunca más me retaría a nada.
-¿Y viste ese que sacó el móvil y empezó a grabarme?
-Mañana serás el vídeo más visto de Youtube, ya verás.
-¡Qué vergüenza, Dios mío!
-¿Vergüenza por qué? ¡Con lo bien que lo has bailado!
-Adulador. ¿Y ahora qué quieres de mí, eh? No voy a bajarme de tu espalda.
-Tampoco quería eso.
-Oh, qué majo.
Llegamos a casa y, nada más pisar el porche, me bajé.
Entramos con miedo, pensando que quizá pilláramos a Louis y Bego aún cenando o haciendo "otras cosas", pero nos llevamos la sorpresa del siglo cuando vimos a Bego, Louis, Hary, Niall, Isa, Marta y Liam todos en el salón, viendo la tele.
Marta miró el reloj.
-Las once y media de la noche. Y os parecerá bonito venir a estas horas.
-Nos parece precioso.-dije yo.
-Eso.-me secundó Zayn.
-¿Y qué habéis hecho?-preguntó Liam, siempre ejerciendo de papá preocupado.
Zayn y yo nos miramos.
-Oppa gangnam style!-dijimos a la vez.
Me puse a bailarlo por todo el salón y Niall se levantó, puso las manos en mi cadera y, como si de una conga se tratara, me seguía, mientras yo hacía el idiota bailando ese baile por la cocina, entrando de nuevo al salón...
-Pero Zayn, ¿qué le has hecho?-dijo Bego, mirándome.
-¿Yo?
-Arg, no, esa canción no...-dijo Harry, tapándose la cara con las manos.
Sabíamos de sobra que Harry le tenía un profundo odio a esa canción. ¿El motivo? Desconocido hasta el momento.
-Bueno ya me cansé. Niall, ya puedes soltarme.
-Venga, un poco más.
-No.
-Jo...
Se sentó en el sillón.
-Op, op opopopop oppa...
-Oh, no, ahora la cantará durante toda la noche-dijo Louis.
-Bueno, yo me voy arriba. Os veo mañana.
Subí a la habitación de Zayn y me puse el pijama.
Él no tardó en venir también.
Nos tumbamos en su cama y esperamos, hablando, hasta que todos se fueron a acostar. Cuando lo hicieron, contamos hasta 100 (yo equivocándome a posta a veces, con lo que Zayn me corregía y pasó más tiempo) y, cuando hubimos llegado a esa cifra, nos levantamos en silencio y pusimos la oreja en la pared de Louis.
Para ello tuvimos que salir al pasillo.
Nada.
Bueno, sí, se les oía hablar y reírse, pero poco más.
Ambos pusimos cara de decepción y pusimos la oreja en la puerta de Liam.
Más de lo mismo.
-A ver aquí.-dije, poniendo la cabeza en otra puerta.
-Ahí dificil que oigas algo.
-¿Por?
-Porque es mi cuarto y si nosotros estamos fuera...
-¡Oh!
La verdad de sus palabras me golpeó y reírmos.
Harry abrió la puerta de su habitación y se nos quedó mirando raro.
-¿Qué haces?
-Espío.
-¿A quién?
-A quien pueda.
-Ah... Vale.
-Anda calla y vete a dormir.
-Mm, vale.
Y cerró la puerta.
Qué obediente se había vuelto este muchacho.
Zayn y yo nos miramos y nos encogimos de hombros.
Después, aún decepcionados por la falta de acción de nuestros amigos, nos fuimos a dormir.
Desperté temprano, vete a saber por qué y me asomé por la ventana.
Mm, si me daba prisa quizá podría salir a correr antes de que lloviera.
Sí, haría eso. Me apetecía. Pero antes tendría que pasar por casa para coger algo de ropa para esta tarde y cambiarme.
Bajé al salón y vi a Harry tumbado en el sillón, viendo la tele.
-Buenos días.-le dije, más por cortesía que por otra cosa.
Él emitió un gruñido, dándome a entender que me había oído y que me aplicara el mismo cuento.
Me dirigí a la puerta.
-¿Adónde vas?-preguntó.
-Me voy a correr, como antes hacía.
-¿Así, nada más verme?
Tardé un minuto en procesar lo que había dicho.
No me molesté ni en enfadarme. ¿Para qué?
-Entendiste a la perfección lo que dije, pero si tú eres feliz... Me voy.
Y cerré la puerta tras de mí, deseando que la próxima vez que la abriera, él no estuviera allí, tras ella.
Oh, yo no sabía que pronto eso se haría realidad.
Entré en casa y la gente aún dormía.
Me cambié por algo más cómodo, me calcé unas deportivas, me puse los cascos y eché a correr.
Llevaba cerca de quince minutos cuando me crucé con un grupo de chicas que tendrían más o menos mi edad, las cuáles llevaban mochilas a la espalda. Irían al instituto, lo más probable.
Al pasar por su lado, me detuvieron, reconociéndome como esa del concurso y, cómo no, esa que salía en las revistas al lado de One Direction.
Me rodearon y fangilearon un rato, mientras yo pensaba profundamente qué habría hecho yo para que esas chicas se pusieran tan felices al verme, si yo no era más que una chica normal que bailaba y se relacionaba con One Direction. De hecho, según Harry, esto último se me daba la mar de bien.
Se echaron un par de fotos conmigo, sacaron sus cuadernos y me tendieron un bolígrafo.
¿Querían que les firmara? Pero si eso era tarea de mis queridos amigotes...
Mientras firmaba los cuadernos que me tendían, escuché lo que me decían, ya que antes, pensando, no me había enterado.
-¿Y qué ha pasado con Carry?
-Sí, con lo que nos gustaba a todas las directioners Carry...
-Bueno, eso lo dirás tú, maja, pero yo siempre he sido más de Ciall, no sé cómo lo ves...
-No pero en serio, no puedo creer que se haya acabado. Dime que es una broma.
Me las quedé mirando.
¡Ah, que iban en serio! ¡Querían que las respondiese!
-Oh, bueno...-dije, sin saber qué decir.
-Tengo que decirte que aunque ame a Harry y que te odié infinito cuando me enteré de lo de Carry-dijo una morena, mirándome-Luego al veros, me enamoré de los dos. Mira.
Me enseñó el fondo de pantalla de su móvil.
Foto de Harry y yo.
¿Había gente en el mundo que llevaba una foto mía en su móvil? Y luego le echaban la culpa de la degradación del mundo a la crisis económica...
-Pues no sé qué deciros. Se acabó, sin más.
Pero no quisieron dejarlo ahí y me hicieron más preguntas.
-Emm, ¿no vais a llegar tarde a dónde sea que tengáis que ir?-dije, intentando salir del agujero de donde sin querer me había metido.
Se dieron cuenta de esto último y me dejaron marchar, justo en el mismo momento en el que se puso a llover.
Genial, no podría seguir corriendo.
Bueno,sí, correría hasta llegar a casa.
Llegué, me duché, me sequé el pelo, me puse unas mayas negras rotas, una camiseta de tirantes blanca y una camisa roja abierta, me calcé las botas, cogí la bolsa con la ropa para esta tarde y me encaminé a casa de los chicos.
Entré y me encontré con Liam en el salón.
-¿Y los demás?-pregunté.
-Quitando a Harry y a Zayn, siguen durmiendo.
Puse los ojos en blanco.
-Qué haríais todos anoche que estáis tan cansados...
-¿Por qué dices eso?
-Porque nosotros tres, los que precisamente no hicimos nada, estamos despiertos.
-Y yo.
-Pero porque tú siempre has sido muy madrugador, a mí no me vas a engañar.
Zayn entró entonces en el salón, procedente de la cocina.
-¿Dónde estabas?-me preguntó.
-Me levanté temprano y me fui a correr. No te lo dije porque dormías.
-Pudiste haberme despertado.
-Ya, pero eres tan mono durmiendo que... Bueno, no me atreví.
Sonrió y, cuando subió a su cuarto para vestirse y, de paso, subir mi bolsa, Liam me pasó el brazo por los hombros.
-Ay, la que no me va a engañar eres tú a mí.
(...)
Los días, lluviosos aquí, trascurrieron con una rapidez asombrosa.
Harry cambió su actitud de dar pena, al ver que esa ténica no funcionaba, por la de ser manso y dócil, pero tampoco le sirvió de mucho, así que volvió a ser el único que había conseguido cazarme. El Harry de principios de verano.
Y, como ocurría a principios de verano, siempre salíamos peleando, da igual por qué fuera. Siempre nos peleábamos.
Yo intentaba no prestarle atención, pasar de él, pero había cosas que no podía pasarle por alto, por muy alto que él fuese y ¡zap! Pelea.
"-¿No entiendes que me das igual? ¿Qué ya nada me importas? ¡Por Dios Harry! ¡¿Cómo te lo voy a tener que decir?! ¿Te lo traduzco a algún idioma que entiendas?"
Según Zayn, Harry se comportaba así por una razón muy sencilla que yo no quería aceptar. Sólo siendo así había conseguido que me enamorara de él. Si lo había conseguido una primera, ¿por qué no una segunda vez?
Por una razón muy sencilla.
La primera vez no me había destrozado de la manera en que lo hizo. No sabía de lo que era capaz. Pero ahora sí lo sabía. Y no dejaría que ocurriera de nuevo.
Zayn seguía siendo mi punto de apoyo principal. Eso no cambiaba.
"-Harry, ya estoy harta de discutir, de insultarnos y de ti. ¿Por qué no lo dejas ya?
-No.
Puse los ojos en blanco.
-No me merezco que me hagas esto, Harry. ¿Qué problema tienes?
-¿Quieres saber cuál es el problema?
-¿Cuál?
-Lo que sientes por mí.
-Pero si yo no siento nada...
-Ese mismo es el problema.
-Claro, primero nos insultamos y después hablamos de sentimientos. Muy lógico. Hazte a la idea, Harry. Te olvidé. Ya no hay más tú para mí. Igual que hice con Louis hice contigo. Y a él le va muy bien, ¿no es así? No sé por qué estás haciendo esto, si es por orgullo o por mí, pero por favor, para. Si es por orgullo ya sé que eres muy orgulloso, te conozco bien, no tienes que demostrarme nada y si es por mí, olvídame, te lo ruego. No te arrastres más. No te llevará a ninguna parte.
-Es que,simplemente, no puedo. Estás metida en mi cabeza.
-Seguro que yo estaba metida en tu cabeza cuando otra estaba metida en tu cama."
Las cosas con Zayn iban cada día mejor.
Ya eran frecuentes sus visitas a la academia y se había hecho amigo de Jared.
Siempre estábamos juntos, tanto, que hubo un día en que Bego tuvo unas palabras con él para decirle que ella también requería a su amiga.
"-Ah, venga vamos Bego, no me seas celosa. Aquí hay Cris para todos.
-Uy, ese ego... De quién lo habrás copiado...-dijo, mirando a Harry."
Zayn y yo también peleábamos, pero era sobre todo por las Coca Colas. Una noche que dijimos de ver películas (acabamos viendo Regreso al Futuro) él tenía en su poder las Coca Colas y no quería darme.
"-¿Cómo que para mí no, eh, eh?
-Pues eso. Todas las latas para mí.
-¡Qué te crees tú eso! Venga, dame una.
-Jamás.
-Pues te las quito, ya ves tú...
-¿Tú y cuántos más?
-Yo y... Yo.
-Jajajajajajaja. Estás sola, pequeña.
Le puse ojitos e hice un puchero.
Se rió, abrió una lata y me la tendió.
-Toma.
-Gracias. Disfrutas haciéndome de rabiar, ¿eh?
-Mucho."
Sinceridad, sinceridad ante todo.
Eso me gustaba mucho de Zayn.
Harry jamás había admitido que se lo pasaba en grande molestándome, pero Zayn lo había reconocido abiertamente.
Salíamos mucho a pasear, cuando la temperatura y el tiempo lo permitían o salíamos a tomarmos algo, a veces solos, a veces con los demás.
Una de esas veces, tuve otra bronca con Harry.
"Bego, Marta y yo teníamos unas ganas terribles de fiesta. ¿El por qué? Bueno... ¿Es que acaso hay que tener un por qué para divertirse?
Íbamos caminando todos por la calle.
Nosotras tres delante, yo en medio y agarraba a mis amigas, cada una de un brazo, que caminaban a mi lado.
Los chicos iban detrás, hablando entre ellos y riéndose cuando levantaba las piernas del suelo y me quedaba colgando. Isa iba con ellos, hablando de vete a saber qué.
Fuimos a la misma discoteca a la que fuimos cuando me peleé con Amber. Como podéis comprobar, éramos gente de costumbres.
No había demasiada gente, pero tampoco es que eso nos importara.
Déjandoles en la barra, las tres nos dirigimos a la pista y nos pusimos a bailar.
-No es justo-dijo Marta.
-¿El qué?-dijimos Bego y yo, sin entender.
-Vosotras sois profesionales en esto. A vuestro lado, qué pareceré...
-Oh, vamos, qué más da eso.
-Sí, además, ahora estamos fuera del horario laboral. Somos una más.
Reímos y seguimos bailando.
Dejé que la música me llevara y vi que Zayn me miraba.
Bueno, no era raro que me viera bailar.
Pero no eran los únicos dos ojos puestos en mí.
Otros, verdes, también me miraban.
Empezó a sonar Gangnam Style y las tres nos pusimos a bailarlo como unas locas, provocando las risas de los chicos, menos las de Harry.
Me acerqué a él.
-¿Qué? ¿No quieres bailar tu canción favorita?
Sonrió.
-Sabes que no me gusta esta canción.
-¿Entonces no la bailas?
-No si no me lo pides.
Hice una mueca y le tendí una mano.
-Que conste que lo hago para reírme del ridículo que vas a hacer.
Sonrió.
-Veremos quién hace el ridículo cuando me veas bailar.
Me cogió la mano y lo guié a la pista.
Mis amigos me miraban confundidos.
Tranquilos. Sé lo que hago.
Una vez en la pista, le solté la mano y empezamos a bailar.
Me reí de lo malo que era bailando.
-Vale, vale, es suficiente. Puedes sentarte.
-Soy demasiado bueno para esto-dijo, marchándose con orgullo.
Negué con la cabeza.
Habíamos hablado y bailado y no habíamos intentando matarnos.
Esto era lo que yo quería.
Convivir en paz y armonía.
Seguí bailando con mis amigas, hasta que un chaval se me acercó a decirme algo.
-¿Bailas?
Miré a mis amigas.
-Uhhhhhhhh. Venga, vale.
La verdad me había sentido algo rara, porque Louis y Liam habían venido con nosotras y bailaban con ellas, y, aunque no eran unos profesionales, lo intentaban.
Yo estaba bailando sola, ya que Niall hablaba muy entretenido con Isa en la barra, Zayn se había salido afuera a hablar con Greg y a fumar y no quería bailar con Harry, así que...
El chico con el que bailaba era alto, aunque no más que Harry, con el pelo corto y castaño y ojos marrón claro. No me intersaba su nombre, sólo quería pasar un buen rato.
Llevábamos un rato bailando, sin hablar, sólo bailando y sonriendo, cuando él empezó a pasar sus brazos por mi cintura y me estrechó contra sí.
Entonces, como salido de la nada, Harry apareció y me separó del chaval de ojos marrones.
-Largo-le dijo.
-Pero tío, ¿de qué vas...?
-¡Lárgate de aquí!
Me miró, miró a Harry y desapareció.
Le di unos golpecitos a Harry en la espalda y se giró para mirarme.
-Vale, ahora me explicas a mí por qué ese chico tan majo se está alejando de mí en vez de acercarse...
-¿No viste cómo te miraba?
-Mm, ¿con sus dos ojos?
-No era un buen chaval. Mira.-dijo, señalándome con la cabeza hacia mi espalda.
Giré la cabeza y vi al chico bailando con otra chica.
No había perdido el tiempo, no.
-Bueno, ¿y qué? ¿Acaso no eres tú igual?
-Ya no.
-Ah, ya no. Vale. Igualmente, no tuviste que hacer eso. Sé cuidarme sola, ¿sabes?
-Permítime dudarlo.
-Además, tengo derecho a equivocarme. ¿Entiendes?
-Y yo puedo decirte cuándo te vas a equivocar. Y esa-dijo, señalando al chico-Era una gran equivocación.
-Como tú.
Íbamos a empezar a gritarnos de nuevo el uno al otro, asi que, antes de que pudiéramos hacerlo, me salí de la pista, salí afuera, vi a Zayn y fui a abrazarle.
-¿Otra pelea con Harry?
-Ajá. Pero en parte te echaba de menos. ¿Vienes a bailar?
Y juntos entramos dentro del local, para bailar junto a los demás."
Otra de las cosas que también hacíamos con bastante frecuencia era salir a la terraza y, mientras él fumaba, yo le contaba todo tipo de cosas.
Nos sentábamos en las escaleras de la parte de atrás de la casa y hablaba hasta que teníamos frío y entrábamos en casa.
Adoraba esos momentos. ¿Por qué? Bueno, no sabría decirlo. Pero los adoraba y eso era así.
Una noche, Louis insistió en que le acompañara a buscar a Bego para ir a sacar a pasear a Pepa.
-Lou, tú eres el que ama a Pepa y no yo, no me metas en tus enredos amorosos que luego ella me tendrá celos y me muerde.
-Sí además sabemos que las gatitas y los perros no se llevan muy bien.
Taladré a Harry con la mirada.
-Que no Lou, que hace fríoooooooooo.
-Venga, vamos-dijo, cogiéndome del brazo y tirando de mí.
Yo estaba sentada en el sillón, con el cuerpo y la cabeza apoyados en el cuerpo de Zayn y me agarré a este automáticamente.
-¡Zayn, haz algo!
-Salir te vendrá bien. Si tienes frío, ponte la bufanda y el gorrito.
-No quiero, traidor.
-Pues toma mi gorra.
Dicho lo cual me la puso en la cabeza.
Louis me tiró el abrigo, me lo puse y salimos de casa.
-Tienes que salir con tu hermanito mayor más a menudo.
-Tú eres tonto. ¿Sabes lo agusto que estaba? Si me estaba quedando dormida y todo...
-Nada, nada. Tu hermano Lou lo primero.
-Vale.
Le sonreí y le abracé.
-¿Qué tal van las cosas con Bego?
-No podrían ir mejor.
-Osea, que dentro de nada nos suenan las campanas de boda...
-¡Adónde vas tú!-dijo, riendo.
-¿Yo? Pues contigo a sacar a Pepa, ¿no?-dije, haciéndome la ingenua.
Después los dos nos reímos.
Llegamos a casa de Bego, y Pepa salió a recibirnos.
Me agaché y la acaricié mientras Louis iba a llamarla al timbre.
Suspiré y abracé a Pepa.
Ella se sentó y dejó que la abrazara.
Nerea salió a verme.
-¡Cris!
Me levanté y la abracé.
-¡Hombre, Nerea! ¡Cuánto tiempo!
-¡Sí! La bruja de mi hermana ya casi no me lleva a casa de los chicos y casi no te veo. ¿Qué tal estás?
-Bien, bien, yo bien. ¿Y tú?
-Bah, bien ¿y el...?
Se llevó la mano al pelo e hizo círculitos con el dedo sobre él.
Rizos, me quería dar a entender.
-Ah, sí, Harry. Él también está bien.
-Eso está bien.
-Sí.
-Bueno, ¿nos vamos?-dijo Bego.
Asentí.
-Tú vete adentro con Isa-le dijo a Nerea.
-¡Hombre que aquí fuera me voy a quedar yo!
Y se fue.
Nosotros echamos a andar.
Yo iba mirando el suelo, dándole pataditas a las piedras que me encontraba.
-Y bueno, Cris...
-¿Mm?
-¿Qué hay de ti?
-¿Cómo que hay de mí? No entiendo.
-Que qué nos cuentas.
-Ah, pues no sé, Lou, no mucho...
-¿Algo que tenga que ver con Zayn?
Entrecerré los ojos.
-¿Adónde quieres llegar?
-Oh, vamos, no pensarás que no nos hemos dado cuenta...
-¿De qué?
-Zayn, tú...
Reí.
-Ah, sí, claro, claro. Qué bueno, sí, sí. Para esto querías sacarme de casa.
-Sí, algo así.
Sonreí.
-En fin...
-No, en fin no, qué hay, va, dinos...
-No hay nada.
-A otra Pepa con ese hueso que yo no me lo creo.
-Pues no te lo creas, ya ves tú.
-¿Y entonces por qué te has convertido tú también a la religión de las gorras?
-Yo no he hecho eso.
-¿Ah, no? ¿Entonces por qué llevas su gorra?
-Porque quiero.
-Sí, sí. Claro.
Llegamos a casa y le devolví la gorra a Zayn.
-¿Pasaste frío?
-Tampoco tanto como pensaba.
Puso su mano en mi mejilla.
-Mm, estás fría.
Le abracé.
-Por suerte, tú estás calentito, así que...
-Calentito, dice.
-¡Oh Louis vete al cuerno!
Acto seguido, nos echamos a reír.
Esa noche, me fui a dormir sin saber lo que pasaría la tarde siguiente.
Las peleas con Harry no habían conocido tregua y siempre estábamos tirándonos los trastos a la cabeza, insultándonos y gritando.
Esa tarde, me lo encontré en el pasillo.
Quise entrar en el cuarto de Zayn, pero él se puso en la puerta.
-No me digas, quieres pelea hoy también.-dije.
-Es posible.
-Venga, vale. Eres un idiota, te odio, ojalá te fueras por ahí lo más lejos que pudieras de mí,payaso...¿He dicho ya que te odio?
-Sí, pero sólo una vez.
-Bueno, pues te odio. Te odio, te odio, te odio. ¿Ya? Bueno, pues quita de la puerta.
Fui a pasar por la derecha, pero él se echó hacia ese lado.
Repetí el mismo movimiento hacia el otro lado, pero él hizo lo mismo.
-¿Te quitas o te quito?
Me miró divertido.
-Quítame.
Le abracé la cintura con ambos brazos e intenté levantarlo del suelo, pero fue inútil, así que procedí a tirar de él.
Lo que no me esperaba era que él se quitara de la puerta, lanzándose hacia delante, dirección en la que yo tiraba, me cogiera de la cintura, me apoyara en la pared, dejándome sin escapatoria y me besara.
Aquello me pilló totalmente por sorpresa, por lo que tardé en reaccionar.
Después de tanto tiempo, ¿cuánto fue? ¿Un mes? ¿Casi dos?, nuestros labios volvían a encontrarse de nuevo. Ya había olvidado como era esa sensación, lo que sentía cuando él me besaba.
Y por eso mismo, le crucé la cara de un guantazo.
-¡¿Qué te crees que haces, eh?!
Él se me quedó mirando con pena y se llevó la mano a la mejilla golpeada.
-Te odio, ya te lo dije. Puedo pasar el hablar contigo y eso, pero esto no, Harry, esto no.
Dicho lo cuál, bajé abajo, pasé por el salón sin responder a las preguntas de mis amigos, que preguntaban qué había pasado ya que me habían escuchado y salí a la terraza, donde hacía algo de frío, pero en ese momento no podía sentirlo.
Estaba demasiado acalorada por la ira que me embargaba.
¿Qué se creía? ¿Qué podía besarme cuándo quisiera y que todo volvería a ser igual? ¡Ya estaba harta de él! Yo con él no había pasado página, directamente había cerrado el libro.
Pasado un tiempo, oí una voz a mi espalda.
-Te vas a congelar aquí fuera.
Zayn me abrazó por detrás y apoyó la cabeza en mi hombro.
-No me importa.
-Ah, claro, a ti no te importa, pero a mí sí.
Le miré de reojo, nuestras miradas se encontraron y sonreí, antes de apartar la mirada.
-¿Qué ha pasado?
Suspiré.
-Le he pegado, Zayn. Aún no me lo creo. Lo he empujado, pegado alguna que otra patada, pellizcado... Pero jamás le había dado un bofetón.
-¿Pero se lo merecía o no?
-Por supuesto que se lo merecía.
-Entonces está bien.
-Me besó y le pegué. Supongo que eso le enseñará que no tiene que hacerlo.
Suspiré y me di la vuelta para abrazarle.
-Pero me siento tan mal por haberle pegado... Si hubieras visto la cara de pena que tenía después... No se esperaba que yo saliera así...
-Seguro que no es la primera que le dan, tranquila. Saldrá de esta con vida. De alguna manera tiene que aprend...
No pudo continuar, ya que, movida por algún tipo de instinto, le había pasado los brazos por el cuello y le había atraído hacia mí, hasta que nuestros labios se encontraron.
Me separé cuando me di cuenta de lo que hice.
-¡Oh, Zayn! ¡Lo siento, lo siento! Yo de verd...
Sus labios se posaron sobre los míos, callándome.
Esto era una locura y ambos lo sabíamos. ¿Quién había pensando esto? Nadie.
Harry y Alex, inconscientemente, lo habían hecho posible.
Ese mismo Harry que salía a la terraza, seguramente con el afán de disculparse o con ganas de más guerra y que, cuando vio lo que estaba pasando, retrocedió y se internó en la casa.
(...)
Esa misma noche, salí al baño y vi a Lego y a Niall con la oreja pegada en la puerta.
Les miré enarcando una ceja.
-¿Qué hacéis?
-Nada-dijeron, mirando cada uno a un lado distinto.
-No estábamos haciendo nada raro.
-Ya, si ya lo oíamos, ya.
Niall le piso el pie a Louis.
-Joder Louis que nos pillan.
Fui al baño.
-¿Cómo no pillaros si yo hago lo mismo desde el primer día que empezásteis a salir?
Pasaron dos días.
Ya se había hecho totalmente oficial que Zayn y yo teníamos algo.
A Louis no le hizo mucha gracia, pero como Bego estaba contenta, él tan feliz. A Miam les gustó mucho, Niall también, aunque dijo que él seguía siendo mi hermano y que si tenía que defenderme a mí, lo haría y, por supuesto, a Harry no le sentó nada bien.
Si Zayn y yo estábamos en el mismo cuarto que él, se iba. No comía ni cenaba con nosotros.
Sólo quería estar lo más alejado que pudiera de nosotros dos.
Eso significaba alejarse de mí y no más peleas, por lo que yo estaba la mar de contenta. Tenía a un Zayn atento de mi parte y Harry había perdido toda esperanza y ya no tenía ganas de luchar.
¿Podía ser esto mejor?
A la mañana del tercer día, me desperté temprano y bajé abajo.
Allí estaba Harry.
No me dijo nada y yo a él tampoco.
No quería quedarme allí con él, así que subí de nuevo y me tumbé con Zayn a esperar que se despertara, mientras le recorría los tatuajes con la punta de los dedos.
Me gustaría hacerme uno, tendría que preguntarle si dolían tanto como decían.
Cuando despertó, desayunamos y, como le tocaba a él y a Louis hacer la compra, reclutamos a Bego y nos fuimos los cuatro.
Fue divertido ya que yo fui con Zayn por un lado y ellos dos por otro y en un pasillo nos encontramos a Bego diciendo que había perdido a Louis.
-Sí, sí ya me dijo Louis hace tiempo que no se le podía llevar a comprar porque pasaban estas cosas-dije.
Le encontramos en la sección de hortalizas, entre zanahorias.
Volvimos a casa y subí arriba, para ir al baño, pero miré dentro del cuarto de Zayn y vi algo que me hizo detenerme.
Había un papel doblado sobre la almohada.
Me acerqué con cuidado, lo cogí y lo desdoblé.
Reconocí la letra de Harry.
"Sé que te empeñas en creer que no voy en serio, pero esta vez es así. No me importa lo mal que me trates, las bofetadas que me des, los gritos que me profieras. No, nada de eso me importa.
Durante todo este tiempo, desde que volviste, he intentando convencerte, hacerte ver que verdaderamente estoy enamorado de ti y que sí, cometí un error que ha arruinado una de las mejores cosas que tenía en la vida.
Sí, esa cosa eres tú.
Lo he intentando por todos los medios, pero no hay manera.
Ni puedo recuperarte ni tampoco puedo dejar de quererte.
Y créeme, he intentando con insistencia cada una de las dos cosas.
Pero, al igual que no puedo hacer nada de eso, tampoco puedo aguantar aquí por más tiempo. No puedo verte con Zayn. Simplemente, no puedo. Es algo superior a mis fuerzas.
Y me digo a mí mismo "Él la tratará mejor que tú, sabrá cómo cuidarla, sabrá cómo retenerla a su lado, sabrá cómo no hacerle daño. Es listo, no la dejará escapar, lo contrario que yo."
Sí, definitivamente, Zayn es tu opción correcta, al igual que la mía lo eras tú.
Pero, aunque sé todo esto, aunque sé que es lo mejor para ti, lo que te conviene, no puedo verlo, no puedo aceptarlo. Bueno, es que simplemente tampoco quiero.
Así que por eso me voy.
Necesito alejarme de ti. Quizá así consiga olvidarte, ¿quién sabe? A ti te funcionó, y bastante bien, por lo que veo.
No sé por cuánto tiempo estaré fuera, ni tampoco creo que te importe, porque ya no te importo nada... Pero estaré bien, esté dónde esté y durante el tiempo que esté fuera.
Si estás leyendo esto, ya me he marchado.
Nos vemos a mi vuelta, cuando esta se produzca.
Harry Styles.
PD: Aunque digas que no, es cierto. Te quiero y nada de lo que digas cambiará eso."
Me senté en la cama, releyendo de nuevo la carta.
¿Qué Harry se había marchado?
Me levanté y fui a su cuarto.
Abrí su armario.
Faltaba casi toda la ropa.
Abrí los cajones.
Casi todos vacíos.
Bajé corriendo la escaleras, llamándole a gritos.
-¿Qué te ha hecho Harry ahora?-dijo Zayn, cuando me lo encontré en el salón.
Le tendí la carta.
-Se ha ido. Simplemente eso. Se ha ido. ¡¿DÓNDE ESTÁ?!
Y empecé a buscarle por toda la casa, llamándole, mientras Zayn leía la carta y se la pasaba a los demás, y yo buscaba y buscaba, sabiendo que allí no le encontraría.
Ahora sabía el significado de esa cara que tenía por la mañana.
Y recordé que estaba apoyado en la encimera, escribiendo sobre algo.
Estaba escribiendo la carta.
Se había ido. No sabía adónde.
Y eso acababa de destrozarme de nuevo.
¡Bueno, bueno! ¡Hola a todos! ¿Cómo va eso? Bueno, aquí tenemos el 34. Cuando empecé esta novela, no le daba ni 15 capítulos de vida y madre mía, ya por el 34 *llora de la emoción* Bueno, que muchas gracias por todos vuestros comentarios (yo también os quiero y seguramente más que vosotras a mí) y que el 31 estaré allí a las afueras del Hormiguero esperando a estos 5 que saquen la cabeza por la ventana o whatever, así que si alguna lectora va, me gustaría mucho conocerla (;
@Cris_Jbieber