sábado, 30 de junio de 2012

Capítulo 14

  Cansada y confundida, metí la llave en la cerradura y abrí la puerta.
-Ya estoy aquí-dije.
Todo estaba oscuro y no se oía nada, así que supuse que se habrían acostado ya.
Mejor, menos explicaciones que dar.
Subí a mi cuarto y encendí la lámpara de la mesilla.
Abrí entonces la ventana y me fijé en que los chicos habían apagado las luces que habían puesto en el jardín.
La fiesta, oficialmente, se había acabado.
Me deshice de la ropa que llevaba y fui al baño a lavarme la cara.
Después me puse el pijama, me tumbé en la cama y apagué la lámparita.
Me quedé entonces a oscuras con mis fantasmas, que no eran otros que los recuerdos de todo lo que había pasado aquel día.
¿Cómo podría yo estar haciendo daño a Harry?
Y aún no entendía por qué se había peleado con Jey. Cuando estuve con Louis, no pasó nada, aunque claro, creo que Harry no se había enterado del rollo que hubo ahí...
Aquella noche no pegué ojo, dándole vueltas a todo esto y, al final, no encontré ninguna respuesta que fuera de mi agrado.
Al levantarme, vi que mis padres tenían mala cara.
-¿Qué os pasa?-pregunté.
Se miraron entre ellos antes de responderme.
-Tenemos que volver a España.
Algo se encogió dentro de mí al oír estas palabras, palabras que había deseado escuchar tiempo atrás, nada más venir a Londres, pero que ahora desmoronaban todo mi mundo.
-¿Cómo? ¿Por qué? ¡Yo no quiero irme!
-No nos vamos a mudar de vuelta, sólo vamos a ver a la abuela. Ayer la hospitalizaron.
Abrí la boca para sugerir que si yo podía quedarme pero no lo hice. La abuela siempre había estado ahí para mí y yo no podía abandonarla ahora. ¿Cómo se sentiría si fueran mis padres y, cuándo preguntara por mí, le dijeran que me he quedado sólo por estar con mis amigos? No. Tenía que ir, aunque no quisiera.
-Ah, bueno... En ese caso, vale.
-Sólo serán un par de días.
-Vale, entonces. ¿Y cuándo nos vamos?
-Esta tarde noche.
-Bien, me da tiempo entonces a estar con mis amigos un rato.
-Claro, pero antes haz tu maleta.
-Jo, qué pereza.
Subí y empecé a pelearme con la maleta, metiendo cosas que consideraba necesarias para un par de días fuera.
No era una despedida, era... Un adiós temporal. Tenía que verlo así.
Bastante después de la hora de comer me acerqué a su casa.
Llamé al timbre y silbé el alegre sonidito.
Liam me abrió.
-¿Tú otra vez? Ya estoy cansado de abrirte...
-Ya te dije que me dieras mi propia copia de la llave, pero tú ni caso...
-¡Pero si lo hice! Niall te la dio...
-Mea culpa entonces.
Reímos y, jugando a pegarnos collejas, fuimos al salón, donde Harry y Niall jugaban a pegarse patadas y Louis y Zayn se pegaban con unas revistas en la cara porque sí.
-¡Eh, hola, que estoy aquí...!-dije, intentando llamarles la atención.
-¡Ah, hola!
Puse los ojos en blanco.
-Tengo algo que deciros.
-¿Me va a doler? Digo, para ir a buscar otra bolsa de hielo...
-¿Tú desde cuándo eres tan gracioso, Harry?-dije, mirándole mal.
El momento de paz que habíamos vivido ayer después de la pelea se había acabado. La guerra continuaba.
-Desde que me junto contigo.
-Bueno, a lo que iba... Que, siguiendo el ejemplo de Annie, yo también me voy de vuelta a España.
-¡No!-dijeron Niall, Zayn y Liam a la vez, tirándose sobre mí-¡Tú no te vas!
-Otra fiesta com la de ayer no, por favor...-dijo Harry.
-¡Ah! Si queréis, podéis soltarme y os lo cuento. ¡Qué no me voy para siempre, sino para un par de días!
-¡Ah, bueno, siendo así...!
-Niall, que de verdad no me voy para siempre, puedes soltarme la pierna.
-Vale.
Y les conté la razón de mi fuga a España.
-Debería ir a ver a Bego para decírselo...
-No está en casa-dijo Zayn-Ayer, hablando con ella, me dijo que iba a ver a su prima o algo así...
-Vaya, pues si eso la llamo luego.
-Eh, Cris-dijo Niall-Pues antes de que te vayas, ¿corregimos esas frases?
-¡Por Dios, sí! No podré vivir con esta intriga de no saber qué tengo mal...
-Vamos, entonces.
Nos levantamos y le seguí.
-¿Adónde vais?-preguntó Harry-¿Es que acaso no podéis hacerlo aquí, delante de todos?
-No, Harry. No me va el exibicionismo.
Todos nos reímos de Harry, que seguía con el moratón en la cara.
Subimos a su cuarto y él cerró la puerta tras de sí.
-En realidad, tus frases están perfectas, sólo quería hablar contigo a solas y no sabía cómo.
-¡Tonto! No tenías por qué engañarme. Yo siempre quiero hablar contigo.
Me senté en su cama.
-Tú dirás, mi fiel amigo.
Él se sentó a mi lado.
-Verás... Es que necesito tu consejo.
-Vale, lo que quieras.
-A ver cómo planteo esto...
Me miró y se rió.
-Joe, no es fácil.
-Ánimo.
-Es que es algo un poco... Vergonzoso.
-¿Quieres que te cuento yo algo vergonzoso? El otro día en la academia me equivoqué de baño... ¡Y casi me ducho en el de chicos! ¿Te imaginas que no me llego a dar cuenta? ¡Qué horror! Eso sí que es vergonzoso. Lo que tú me tengas que decir no puede ser peor que eso.
Rió de nuevo.
-Bueno, vale... Mira, es que a mí me gusta una chica.
-¿En serio?
Aunque me alegraba por él, a una parte de mí no le hacía ninguna gracia. ¿Quién sería? ¿Annie? ¿Y quería preguntarte cómo sería llevar un amor a distancia? No creo que pudiera soportarlo.
-Sí.
-¿Y qué problema hay?
-Creo... Creo que yo no le gusto a ella.
Bueno, Annie, aunque había estado con él, había pasado mucho más tiempo con Liam. Niall podría haberlo interpretado mal.
-¿Por qué piensas eso?
-Porque ella... Vale, pasa tiempo conmigo, pero pasa mucho más tiempo con otros.
¿Véis? Estaba hablando de Annie. ¡Maldita fuera! Si ya no me había caído bien desde el principio, por algo era...
-¿Y qué pasa cuándo ella está contigo?
-Es especial.
-¿Quién? ¿Ella?
-Sí, y el momento también.
Le entendía.
Era lo mismo que a mí me pasaba cuando estaba con él.
-Y, además... Creo que ni se hace una idea de que siento algo por ella. Y, por si fuera poco, no soy el único...
¡Ah, qué sorpresa! ¿Qué encima había más chicos que querían a Annie? ¡Maldita fuera ella por dos, tres y mil veces! ¡Maldita hasta el infinito y más allá!
-Y, aunque ella lo supiera... Creo que no me elegiría a mí.
-¿Por qué?
-Porque tengo rivales muy potenciales.
-¿Puedes ponerme un ejemplo?
Sonrió.
-Como Harry.
-¿A Harry le gusta Annie?
Niall frunció el ceño y después se echó a reír.
-¿Quién estaba diciendo nada de Annie?
-¡Ah, no sé...! Yo creía que estabas hablando de ella.
-No, jajaja.
-Ah, vale. Osea, que Harry y tú estáis enamorados de la misma chica.
¡Lo que me faltaba, vamos! ¡No sólo la maldita quién fuera me dejaba sin Niall, sino que encima me quitaba a Harry! Entonces, todo lo que Harry hacía, la manera que jugaba conmigo... ¿Era sólo eso, un juego? Bueno, si eso ya lo sabía desde el principio, pero lo de Niall, no... ¿Qué pasó entonces en la clase de irlandés?
-Sí, y creo que otro chico más.
¡Valeeeeeeeeeeeeeeeeeeee! Osea, que locura.
-Vaya es... Complicado, entonces.
-Lo sé. ¿Qué crees que debería hacer?
-¿Sin más rodeos? Lanzarte. Si recibes un sí, todos tan felices, si la respuesta es un no, es que la chica es jodidamente estúpida y está mentalmente desorientada. ¿Quién podría rechazar al mísmisimo Niall Horan?
-La misma persona que rechaza a Harry Styles. Osea... Tú.
Entonces, se inclinó sobre mí y me besó.
Al principio, estaba un poco confundida.
¿Yo le gustaba a él? ¿EN SERIO? Espera... ¿Y TAMBIÉN A HARRY? Imposible.
Pero eso no importaba ahora.
Cuando volví en mí le devolví el beso y le pasé los brazos por el cuello, atrayéndolo hacia mí.
¡Cómo me gustaba su olor, sus ojos, su pelo, sun sonrisa...! ¡Todo él!
Me tumbé sobre su cama y tiré de él para que se tumbara conmigo.
En ese momento, oímos el timbre y un grito, que a mí me sonó a "¡Payaso!", que nos cortó el rollo.
¿Por qué siempre hacían lo mismo?
-Será mejor que bajemos. -le dije.
Quería decirle algo más, pero no sabía el qué.
Él no dijo nada, entendiéndome.
Al bajar, me sorprendí al ver a Harry sentado en la mesa, al fondo, lo más alejado de Jeydon, que estaba sentado en el sillón al lado de Zayn.
Esos dos habían hechos buenas migas desde el principio, yo creo que porque a Zayn ahora le había dado por ponerse gorras como Jey y entonces pues se entendían bien.
-¿Qué mierdas haces aquí?-preguntó Harry.
-Tío, puede que tú seas un payaso, pero aquí tengo amigos y estoy en mi derecho de venir a verlos. Además, ya te he dicho que la buscaba a ella.-dijo Jey, señalándome con la barbilla.
-¿A mi?-dije, señalándome inocentemente con el dedo.
-Sí.
Se levantó y se acercó.
-Fui a casa a buscarte y tus padres me dijeron que te ibas y que habías venido aquí, así que vine. ¿Cuándo pensabas decirme que te ibas?
-Yo misma lo supe esta mañana, lo siento.
-Bueno, no importa...
Se quitó su gorra, que hoy era morada y me la puso en la cabeza.
Era una gorra bastante grande, así que se me resbaló y me tapó los ojos.
-Toma, cuídamela. No me volveré a poner ninguna hasta que no vuelvas y me pongas tú esta de nuevo.
-¡Ala! Sabiendo lo que significan para ti las gorras, esto debe de ser para ti un poco duro...-dije, colocándome la gorra bien para poder ver.
-Es como si te hubiera dado una parte de mí, pero bueno, es para que no te olvides de mí estos días que pases allá.
-Guau, te ha prestado una gorra... Qué machote.
-¡Cállate, Harry!-le espeté.
-Cállame tú.
-¿Con un puñetazo?
-Yo estaba pensando de otra manera...-dijo, poniendo morritos.
-¿De una patada?
-¿Y qué fue de esas uñas que tenías, gatita?-dijo, guiñándome un ojo.
-Sujetadme, porque como no lo hagáis, lo mato.
Harry sonrió.
-Esa es la gatita que yo conocía y echaba de menos.
Más tarde, en el avión...
No pensé que en tampoco tiempo estaría montada de nuevo en una cosa de estas.
Recordé que le había dicho a Jey que le dijera a Jared que estuviera tranquilo, que pensaba practicar los días que pasara fuera y que no sufriera, que no me había olvidado del concurso.
¡El concurso! La verdad, estaba un poco bastante nerviosa.
Al aterrizar, pensé que, cuando había ido a Londres, había ido triste por dejar España y, que ahora que volvía, estaba triste por dejar Londres. Qué cosas tiene la vida, ¿eh?
Cogimos un taxi y nos encaminamos a un hotel que estaba bastante cerca del hospital. La idea principal era ir a ver a la abuela mañana y que luego yo me pasara la vida encerrada en el hospital, en el hotel o que me fuera con mis amigas, a las que no me apetecía para nada ver.
Cenamos en el restaurante del hotel y luego mis padres se fueron a dar una vuelta para ver Madrid de noche, yo, en cambio, me subí a la habitación, presa de la añoranza del cariño de Niall, las discursiones con Harry y de los momentos con Jey. También añoraba a mis otros amigos y a Bego, de la que no me había podido despedir porque no tenía el móvil encendido.
La habitación tenía una gran ventana, así que me senté en el alféizar.
Estábamos en la planta veinte y veía los coches muy pequeños.
Suspiré.
¿Qué es lo que había pasado hoy?
Niall me había confesado sus sentimientos y, aparentemente, también los de Harry. Pero eso no podía ser. Harry, si por algo se caracterizaba, era por carecer de eso, de sentimientos. Él sólo tenía en la cabeza conseguir teléfonos y teléfonos, su meta en la vida eran los rollos tipo "hoy te beso y mañana no recuerdo ni el color de tu pelo". Era un mujeriego.Pero, ¿acaso el mismo Don Juan no se había enamorado de Doña Inés? ¡Arg! ¿Qué hacía yo comparándonos a Harry y a mí con esos personajes? ¡Si me escuchara la profesora de lengua...!
Y, ahora que sabía seguro lo de Niall, ¿qué tenía que hacer? Yo le quería, eso lo tenía muy claro, pero... También había querido a Louis y, aparentemente, como Niall, él también me quería y fíjate cómo acabamos. Me daba miedo empezar otra relación habiendo saliedo tan herida de la primera. Quizá si le explicara esto a Niall, él esperaría, pero... ¿Y si se cansaba de esperar y a mí se me escapaba la oportunidad?
Cuando mis padres volvieron, fingí estar dormida, pero en realidad le seguía dando vueltas a todo esto.
Separarme de ellos, tal y como creía que me haría bien, no lo había hecho en absoluto. Había empeorado las cosas.
A la mañana siguiente, cuando todos vimos a la abuela, ella quiso hablar a solas conmigo.
Me cogió la mano que yo tenía apoyada en su cama y la apretó con fuerza.
-Bueno hija, dime, ¿qué tal por Londres? ¿Muchos chicos guapos? ¿Cuántos novietes te has hechado ya? Con esta carita, seguro que bastantes...-dijo, cogiéndome de la barbilla.
Sonreí y miré al suelo.
-Pues verás, abu, hay un chico que... Es distinto de los demás.
-Cuéntame, querida.
Y le conté todo el problema que tenía con Harry y Niall. Jey era distinto, aunque también se lo conté.
-Te hayas en una difícil encrucijada, hija mía.
-Y no sé qué hacer, abu. Yo sé que Niall me quiere, pero no estoy tan segura de que Harry...
-¿Por ser tan mujeriego no te fías de él?
-¡Hombre, claro! Fíjate lo que pasaba con el Burlador de Sevilla...
Mi abuela rió.
-Pues fíjate que, por ser así, yo sí creo que de verdad le gustas.
-¿Por qué?
-¿Acaso no es evidente, mi niña? Él, por lo que me has contado, está costumbrado a chasquear los dedos y tener a todas las chicas que quiere detrás, ¿verdad? ¿Y qué ha pasado cuándo ha encontrado a alguien que no es así?
-Que lo ha intentado una y otra vez. Es un juego.
-Exacto. Ha pasado de ser un simple juego a ser algo más complicado.
-Me temo... Que no te entiendo, abu.
-Es fácil, hija. Intentando conquistarte, usando una artimaña u otra, ha sido como él se ha enamorado, ¿entiendes? A la gente le gustan los retos y, ¿qué pasa cuándo no consiguen uno? Se obsesionan con él. Tú eres su mayor reto, algo que no le había pasado nunca.
-Así dicho queda muy bonito, abu, pero, ¿y si no es así?
La abuela rió.
-Créeme, querida. ¿Cuándo me he equivocado yo?
-Bueno, una vez pegaste un cromo de Pokemón al revés en mi albúm...
-¿Cuándo me he equivocado yo aparte de en eso?
-Nunca.
-Pues entonces. Ahora ve, hija. No quiero ser yo quién te separe de él. Vuelve y lucha por aquello que amas.
Al salir del hospital, ya había tomado mi decisión.
Haría caso a la abuela, lucharía por lo que quería.
En la puerta, para sorpresa mía, estaban mis amigas, esperándome.
Gritaron y me abrazaron con fuerza, como si yo fuera una famosa.
Se tomaban su papel de fans tan en serio que me extrañó que no treparan por el hospital para irme a buscar.
Me empezaron a contar su vida y a atosigarme a preguntas sobre Londres y yo quería librarme de ellas porque tenía cosas más importantes que hacer.
-¿Y cuándo ibas a decirnos que conocías a One Direction?-preguntó Megan con su voz de pija que me recordó a Amber.
En todos los países hay una Amber, ¡encuentra la tuya! Yo ya tengo dos.
-No sé. ¿Cómo sabes tú eso?
-Hay fotos vuestras en internet.
-Ah, pues mira... Qué bien por mí, ¿no?
Candy me agarró y me zarandeó.
-¿Y conoces a Harry? ¡Claro que le conoces! ¿Puedes decirle que le amo? ¡No, mejor! ¿Puedo irme contigo un par de días a tu casa? ¡Por fa, sólo quiero ver a Harry!
Megan me cogió también y me zarandeó junto con Candy.
-¿Y Zayn? ¿Qué sabes de Zayn? ¿No te habrás liado con él, verdad? ¡Si me dices que sí te mato!
-Yo no...
-¿Y con Harry? ¡¿No te lo habrás montado con Harry, verdad?!
A mí me salían espirales de los ojos por los zarandeos de mis amigas. Bueno, si es que a eso podemos llamar amigas, claro...
-Pues mirad-dije, metiendo la mano en el bolso-Este pañuelo es de Harry. ¡Cogedlo!
Y lo tiré todo lo lejos que pude de mí.
Me soltaron y se tiraron a por el pañuelo.
En realidad, era un pañuelo que me encontré por el suelo y me hizo gracia porque había dibujado en él un perrito que me recordó a Pepa.
Corrí para salvar mi vida y llegué al hotel.
Comí sola en el restaurante, ya que mis padres se habían quedado en el hospital y, después, subí corriendo a la habitación, cogí el móvil de mi padre y llamé a Harry.
-¿Diga?
-¡Harry, soy yo!
-¡Ah, eres tú! Esta llamada te estará costando una fortuna...
-En realidad no, ya que es el móvil del trabajo de mi padre, así que...
-Bien, entonces. Bueno, ¿qué te cuentas? ¿Qué tal todo por allí? ¿Qué tal tu abuela?
Adoraba cómo Harry me trataba en público y, luego, cuando hablábamos los dos solos, parecía hasta un ser humano con sentimientos y todo.
-Bien, por aquí todo bien y ella está bien. ¿Y por allí, qué tal?
-Pues normal, sin ti, claro, pero bien...
-¿Me echas de menos?
-¿Yo? ¡Já! Las ganas que tienes tú.
-Me lo imaginaba.
-El que te echa de menos es tu novio. Seguro que llevas puesta su gorra hasta cuando te duchas...
-¡Qué no es mi novio!
-¿No? ¡Ah, menos mal...! Ya decía yo que nadie podía tener tan mal gusto teniéndome a mí cerca...
-Pero qué creído eres, madre.
-Ya, pero a mí me gusta cuando lo dices tú. Parece que hasta es cierto y todo.
-Porque lo es.
Harry chasqueó la lengua.
-Puede.
-Bueno, da igual... Oye, que necesito tu ayuda.
-¿Mi ayuda? ¿Y tú desde cuándo quieres algo de mí?
-Desde que necesito tu ayuda.
-Tiene sentido. Bueno... A ver, ¿qué quieres?
-Necesito que me vayas a buscar al aeropuerto.
-Existen unas cosas llamadas taxis, por si no lo sabías...
-Ya, pero es que no me gustan y, además, a mí me gustas como chófer.
-Buenooooooo, venga, vale. ¿A qué hora?
-Llegaré sobre las nueve, más o menos.
-¿Y tus padres?
-Se quedan aquí.
-¿Vienes tú sola?
-Sí. Necesito estar con vosotros.
Harry rió.
-¡Eh, Niall!-oí que gritaba-¡Qué dice que vuelve esta noche!
Oí un grito y luego nada.
-Disculpa, es que tenía que informar a Niall.
-Perdonado estás. Y luego necesito otra cosa.
-Pide por esa boquita.
-Tú eres tonto.
-A ver si los favores te los va a hacer tu padre...
Reí.
¡Qué divertido era hacerle de rabiar!
-Vale, vale, lo siento. Me gustaría que fueras a hablar con Bego, a ver si me puedo quedar en su casa hasta que vengan mis padres.
-¿No puedes llamarla tú?
-No me coge el teléfono.
-¿Y te da miedo quedarte solita en tu casa? Si quieres, yo puedo hacerte compañía...
-Claro, y eso me da más miedo aún que quedarme sola en casa. No, hombre, es porque me apetece estar con ella y, además, tengo cosas que comentarle.
-Yo también tengo oídos, ¿eh? Puedo escuchar como ella.
-No sé qué haríamos tú y yo hablando de la regla, ¿sabes?
-Tienes razón, hablar con Bego será lo acertado, Cris, tienes razón.
Reí de nuevo.
-¿Lo harás?
Suspiró.
-Sí, te iré a buscar y hablaré con ella.
-¡Aw, gracias! Y venga, no me seas bobo, si en el fondo, tú también quieres que vuelva...
-Bueno, es cierto... Sin ti, no tengo con quién discutir.
-¿Ves? Bueno, pues nos vemos luego. Ahora en un mensaje te digo el vuelo y todo, que yo entre número me lío.
-Vale, ¡adiós! Luego nos vemos.
Colgué.
Bueno, la primera parte de mi plan había funcionado.
Estaba saltando en el taxi de la emoción cuando el taxista me dijo que ya podía bajar.
-¡Gracias!
Y salí corriendo.
Y en el asiento del avión, salté, salté y salté de la emoción.
¡Iba a volver a abrazar a Niall! ¡Y a ver a Harry!
Estaba tan nerviosa por volverlos a ver que ni siquiera caí en la cuenta de que era la primera vez que viajaba sola.
Una vez que aterrizamos, cogí mi maleta corriendo, para ello tuve que empujar a un par de personas que miraban las maletas con aire de pasmados y corrí al encuentro de Harry.
Me sorprendí al ver a Harry con una morena mucho más alta que yo y que me daba mil vueltas físicamente.
¿Y esto? ¡Era nuevo!
Puse una poker face al verlos.
¿Qué estaba pasando aquí? ¿Qué me había perdido?
Niall salió de detrás de ellos y corrió a mi encuentro.
Yo solté la maleta, que le cayó a un señor en el pie y corrí a abrazarle.
-¡Has vuelto!-dije.
-Bueno, técnicamente, quién ha vuelto has sido tú, ya que yo nunca me fui.
-¡Anda, es cierto!
Estaba tan contenta por volverlo a ver que le di un beso en los labios.
Él se sorprendió, ya que era la primera vez que yo tomaba la iniciativa.
Harry nos miró con cara de sorpresa, aunque se recuperó pronto.
-Vamos-dije, cogiéndole a Niall de la mano y recuperando mi maleta de encima del pie del señor que se había desmayado por el dolor.
Llegamos hasta la chica y Harry.
-Emm...Hola.-dije, insegura.
-Hola. ¡Ah! Ella es Allyson.-dijo, presentándome a la chica.
La saludé y todos nos encaminamos hacia el coche.
-Pss-le susurré a Niall-¿Quién es esta chica?
-Es el nuevo lío de Harry. ¿Cuánto le durará? No lo sabemos.
Y ahí estaba la prueba de lo que mi abuela me había dicho era mentira. Harry no estaba enamorado de mí.
Y yo había removido cielo y tierra para volver con el fin de estar con él y él, en cambio, tenía una novia recién adquirida.
¿No es para ponerse a llorar?

 

sábado, 23 de junio de 2012

Capítulo 13


Desperté y lo primero que sentí fue el olor de Harry, cosa que me hizo sonreír.
Después me pellizqué el brazo.
“Estúpida, ¿en qué estás pensando?”    
Me levanté y bajé abajo.


-¡Buenos días!
-¡Ah! ¿Bego?-dije, girándome-¿Qué haces aquí?
-Lo mismo que tú, supongo.
-¿Hacer de okupa en casas ajenas?
-¿Qué? ¡No! Niall me dio una llave y me dijo que te echara una mano con la casa…
-Ah, vale… Pues iba a desayunar, ¿vienes?
-Claro.
Nos dirigimos ambas a la cocina y, sirviéndonos algo de desayuno, nos sentamos a la mesa.
-¿Qué hacías durmiendo en la cama de Harry, Cris?
Esa pregunta inesperada me hizo escupir la leche que tenía en la boca.
-¿Qué? ¿Cómo lo sabes?
-Entré, vi tu bolsa y fui en tu busca. No veas lo que me sorprendió encontrarte ahí…
-Oh, bueno…
Y me quedé callada, mirando el suelo.
-¿No me lo vas a decir?
-Es que no sé la respuesta.
Bego río.
-Eres un caso, chica.
-Pero eso ya lo sabíamos.
-Cierto.
Les recogimos un poco la casa, la limpiamos como pudimos e incluso le hice la cama a Harry.
“Por favor que él no lo sepa, que él no se dé cuenta, por favor…”
-Eh, ¿y qué tal ayer haciendo skate?-le pregunté.
-¿Qué? ¡Ah! Muy bien. No aprendí del todo, pero… Fue muy divertido. Jey me dijo que hoy no había manera humana de que te escaparas.
-¡Oh! Pobre iluso. Parece ser que aún no me conoce del todo…
Comimos en la casa y cuando tuvimos que irnos a la academia nos fuimos a nuestras respectivas casas y quedamos en frente de la de Jey, ya que habíamos acordado ir todos juntos a partir de ahora a la academia.
Él apareció con su típica gorra y esa sonrisa pícara que siempre escondía una risa muy dulce que tanto me gustaba.
-¿Qué tal esos recados de ayer?-preguntó.
-Ah, muy bien, gracias.
Cuando Bego me preguntó que por qué no les había dicho la verdad, que no iba a hacer unos recados con mi madre sino que me iba a casa de los chicos, le dije que es que tuve miedo de que quisieran ir conmigo.
Necesitaba aquella tarde para mí.
Fuimos hablando todo el camino de las canciones que tendríamos que bailar para el concurso.
Yo sugerí que a lo mejor nos hacían bailar la macarena, pero Bego y Jey descartaron mi idea.
Fue toda una sorpresa cuando nos lo dijeron.
-En grupo bailaremos Don´t Wanna Go Home, de Jason Derulo-Alice se giró hacia Jey y yo-Y, vosotros dos, Dance Again, de Jennifer López.
Jey y yo nos miramos.
Aquello no nos lo esperábamos.
-A partir de ahora-continuó Alice-Estaréis la mitad de la clase practicando en grupo y la otra mitad vuestro baile. Ahora vamos a enseñaros la coreografía Jared y yo.
Me quedé bastante rota al ver lo que tenía que hacer.
Era una coreografía un poco bastante… Picante.
A Harry no le gustaría nada.
“Bueno, ¿y a Harry qué le importa? Deja de pensar en él…”
Practicamos la coreografía grupal y, cuando Jared nos lo indicó,  abandonamos la clase para reunirnos con él en otra, donde practicaríamos la nuestra.
No me acostumbraba a que Jey me tocara.
El baile exigía que nos tocáramos mucho y, cada vez que Jey me rozaba, salía una imagen de Harry en mi mente que decía “No me gusta el nuevo”, “Gatita” o que incluso no decía nada, pero molestaba igual.
-¡Cris, Cris!-dijo Jared-Se supone que estás loca de amor por Jeydon. ¡Déjanoslo ver! ¡Tírate sobre él como si fuera lo que más amaras en el mundo!
Cogí impulso y le miré a la cara, mas cuando fui a saltar, no fue la cara de Jeydon la que vi, sino la de Harry.
Me asusté, resbalé y caí al suelo.
-¡Cris! ¿Estás bien?-dijo Jey, agachándose para recogerme del suelo.
-Sí, claro...
-Se acabó por hoy. No debería presionaros tanto, pero es que estoy tan nervioso…¡El concurso es en menos de dos semanas! ¡Si al menos nos hubieran avisado con más tiempo…!
-No te preocupes, Jared, no es culpa tuya.-dije.
Esperamos a Bego sentados en recepción.
Hoy Kate no estaba tras el mostrador, en su lugar, había una vieja cincuentona que no nos había dejado coger caramelos.
Cuando me acerqué a coger alguno, me quitó el cenicero y volcó su contenido en el interior de su bolso.
Al rato, Bego apareció.
-¡Buff! Vamos demasiado rápido… ¿Y vosotros qué tal?
-Bien-dije yo.-Ahí vamos.
Salimos de allí y dejé que el peso de la conversación cayera sobre Bego y Jey.
¿Por qué?
“Como si fuera lo que más amaras en el mundo…” Y aparece Harry.
-Cris…¡Cris!-dijo Bego.-Te estoy hablando.
-¿Qué, perdón?
-Decía que si quieres que vayamos esta tarde contigo a casa de los chicos.
-¿Quiénes?
-Marta, Jey y yo.
-No, Jey no, que sólo es una fiesta para chicas.
-¡Eh!-Se quejó el aludido-Que yo también quiero ir.
-Te aguantas, haber nacido chica.
-Que no es justo, jo.
-Bueno… Pero te dejo con una condición.
-¿Cuál?
-Que vengas sin gorra.
-Entonces no voy-dijo, decidido.
-Pero…
-No insistas, que no.
-Bueno, pues ven con ella.
Había que ver el afecto que les tenía a sus queridas gorras.
-¡Bien!
-Bueno, pues os espero en la casa-dije, ya que yo era la que más cerca vivía de ella.
-¡Vale!
Más tarde, cuando todos estábamos en la casa…
-Pobres chicos-dijo Bego-Hacemos una fiesta en su casa cuando ellos no están.
-Bueno, pues haremos otra cuando estén, también-dije.
Jey estaba en el salón viendo la tele y nosotras tres estábamos en la cocina, debatiendo el qué hacer de cenar cuando llamaron al timbre.
-¡Ya voy yo!-dijo Marta.
Al rato, apareció junto con Annie.
-¡Ah, Annie!-dijo Bego-¿Cómo tú por aquí?
-Oh, venía a hablar con los chicos porque tenía que decirles algo.
-Pues ahora no están-dije.
-Estamos haciendo una fiesta, ¿quieres quedarte?-sugirió Marta.
-¡Sí, quédate!-la animamos Bego y yo.
-Y así se lo dices mañana cuando vengan-dijo Bego.
-¡Vale!
Y se puso a ayudarnos a hacer la cena.
-¡Me aburro solito en el salón…! ¡Eh! ¿Tú quién eres?-dijo Jey, que había hecho acto de presencia en la cocina.
-Soy Annie.
Estuvieron hablando un rato sobre la economía mundial y el impacto de los ositos de peluche en el mundo.
Después de cenar, jugamos a tirarnos por las escaleras con unas cajas que Marta y Jey habían traído de su casa.
-Jo, Cris es que contigo no se puede…-dijeron todos, dado que les gané por goleada.
-Es que las cajas son mi religión. Les he dedicado años y años de mi vida.
Pusimos música y gritamos y bailamos, corrimos en círculos, jugamos al pilla pilla en el jardín, jugamos al beísbol con sartenes, hicimos la croqueta, contamos historias de miedo que asustaron tanto a Jey que se puso la gorra en la cara y, finalmente, vimos la tele.
Al final, acabamos durmiendo cada uno en un sitio extraño.
Annie durmió de pie, con la cabeza detrás de un cuadro, Jey dentro de un cajón de la mesa central, Bego se decidió por dormir dentro del sillón, Marta bajo la alfombra y yo en una maceta.
Cuando abrí los ojos, lo primero que vi fue la cara de Zayn prácticamente pegada a la mía.
-¡Ah!-grité, mientras me caía de la maceta y me estampaba contra el suelo.
Zayn se rió.
-¡Al fin despiertas! Llevo como tres cuartos de hora mirándote…
-Anda ya, como va a ser tanto tiempo si tú no te sabes las horas…¡Zayn!-dije, cayendo en la cuenta de que habían regresado y abrazándole-¡Habéis vuelto!
-Sí…-dijo este, medio asfixiado.-¿Qué hacías durmiendo en la planta de Liam?
-No sé como llegué ahí. ¿Dónde están los demás?
Niall entró por la puerta.
-¡Niall!-dije, corriendo hacia él y tirándome sobre él como Jared me había dicho ayer que lo hiciera sobre Jey.-¡Has vuelto!
-¡Guau!-dijo este, luchando para no doblarse hacia atrás por mi peso-Sí que nos has echado de menos.
-A ti sí.-le dije, abrazándole más fuerte.
Liam, Louis y Harry aparecieron también y se quedaron mirando a la gente que dormía esparcida por su salón.
-Pero… ¿Qué ha pasado aquí?-dijo Liam.
-No preguntes lo que no quieras saber…
Cuando todos se hubieron despertado y saludaron a los chicos, fuimos todos a desayunar.
Yo me senté en la encimera con las piernas separadas y Niall se apoyó en ella, así que yo puse la cabeza sobre su espalda mientras le abrazaba con brazos y piernas.
-Hice los deberes, profe.-Le susurré.
-¿Si? Tendré que corregírtelos.
-Cuando quieras.
En estás estábamos cuando Harry entró en la cocina y se apoyó en una pared.
-Eh, Cris-dijo.
-¿Hum?
-Por casualidad, ¿no habrás usado mi cama para algo, verdad?
Mis amigos se callaron y me miraron.
Oh, demonios.
Me había pillado.
Pero, ¿cómo? ¡Había sido tan cuidadosa!
-¿Yo? ¿Para qué?
-No sé… Es que yo siempre coloco la almohada para que tenga la doblez mirando hacia la puerta y ahora está mirando hacia la ventana.
Sin duda, pillada.
-Vale, sí, dormí en ella, ¿y qué? Es que pensé que te jodería que las sábanas tuvieran mi olor.
-Pues acertaste, ahora tendré que echarlas a lavar.
-Yo lo hice cuando… Ya tú sabes.
-O quizá tenga que quemarlas, si no logro quitar tu olor de ellas.
-Una lástima de sábanas, son muy suaves…
Como nos habíamos quedado en silencio, Bego decidió romperlo.
-¿Os hemos dicho ya que vamos a participar en un concurso?
-¿Qué?-dijo Liam.
-Sí, con la academia de baile. Va a ser televisado. Tendremos que hacer una coreografía grupal y… Después Cris y Jey participarán también en la categoría de parejas.
-¿Qué?-dijo Harry.
-¿Y vosotros desde cuándo sois pareja?-dijo Marta, dando una patada a su hermano-¡Anda que me cuentas nada!
-No necesariamente tenemos que ser pareja para participar-dije yo, abrazando aún más fuerte a Niall y hundiendo más la cabeza en su espalda.
-Además, fueron los profesores quienes lo acordaron así-dijo Jey- Al principio, la querían poner con Amber.
-¿Te imaginas que lo llegan a hacer?-dije.
-Me hubiera ofrecido voluntario para ocupar su lugar.
-Cual tributo.
-Claro.
-¡Ah!-dijo Marta-Pero, ¿tú no tenías algo que decirles a los chicos?-dijo, dirigiéndose a Annie.
-¡Es cierto!-dijo esta, dándose un golpe con la mano en la frente.-Veréis… Es que tengo que volverme de vuelta a España. Me despidieron del bar donde trabajaba y… Tengo que volver.
-¡Oh!
Niall se zafó de mi abrazo y fue a abrazarla a ella.
Entendí que fueran buenos amigos y que quisiera consolarla, pero a mí me sentó mal.
Me abracé a mí misma, pugnando por no llorar.
Aquel gesto me había dolido más de lo que imaginaba.
-Pues tendremos que hacer una fiesta en tu honor, ¿no?-dijo Louis.-No te puedes ir así como así.
-¡Cierto!-dijo Niall-Esta noche, todos aquí.
-¡Vale!-exclamaron todos, menos Harry y yo.
Por la tarde seguimos practicando el baile por separado.
Y cada vez pasaba igual.
Cada vez que tenía que tirarme sobre Jey la cara de Harry aparecía.
Al menos, Jared decía, ahora se veía que tenía pasión de verdad el baile, que en verdad se veía que estaba perdidamente enamorada de él.
-¿Skate hoy?-preguntó Jey.
-Vale, skate hoy-le concedí.
-¡Bien! Mi jardín servirá para practicar hoy.
-¿Y por qué no el mío? Siempre vamos a tu casa.
-Ah, pues vale.
Bego dijo que iba a ayudar a los chicos a preparar la fiesta, así que nos dejaba a los dos solos practicando.
Y ahí estábamos, Jey y yo en mi jardín, con unos cacharros de esos para patinar.
Puso uno en el suelo.
-Bueno, sube.-dijo.
-¿Y si me caigo? Tiene pinta de que se va a mover…
-Yo te sujetaré.
-Bueno… Vale.
Subí con poca convicción y él me tendió las manos para que las agarrara, cosa que hice.
-Bien, ¿ves? Ahora estás encima y no pasa nada.
-Porque me estás sujetando.
-Vamos paso a paso. Tú al menos me tienes a mí, pero cuando yo empecé… No tenía quién me sujetara y me daba cada ostia…
Reí.
-Bueno, ahora vamos a avanzar un poco.
-¡No, no, qué me caeré!
-Que no, ya verás, que yo te voy a sujetar.
-Vale.
Sin soltarme, andamos un poco y al final me acabé cayendo sobre él.
Lo pasamos muy bien, riéndonos y tal e incluso llegué a poder manejar el cacharro ese por mi cuenta y podía ir suelta cortas distancias.
-¡Bravo! He de decir que has aprendido muy deprisa…
-Lo llevaré en la sangre.
Jey rió.
-¿Sabes? Hemos tenido público todo el tiempo-dijo, señalando con la barbilla algún punto detrás de mí.
Me giré y vi a Harry asomado a la ventana.
Levanté el brazo y le saludé.
Él hizo lo mismo y después se metió dentro de casa.
Que chico más enigmático.
-Bueno…-dije, mirando el reloj de la muñeca-Creo que vamos a tener que ir preparándonos para la súper fiesta.
-Jo…
-¡Venga!-dije, cogiéndole la gorra y echando a correr.
-¡Ah, no, por Dios! ¡Quítame el alma o la vida, pero la gorra no!
Al final me acabó pillando y le puse de nuevo la gorra en la cabeza.
-¿Cuánto tardarás en prepararte?-preguntó.
-Una hora, creo.
-¿Tanto?
-Eh, que para mí eso es poco.
Puso los ojos en blanco.
-Bueno, dentro de una hora estaré esperando delante de tu puerta.-dijo.
-Como gustes.
-Entonces, hasta dentro de una hora.
-¡Adiós!
Me duché, me peiné a conciencia e incluso me maquillé un poco. Era un desastre maquillándome, pero al menos iría un poco distinta, que era lo que buscaba.
Me puse un bonito vestido blanco corto, sin mangas y unos tacones.
¿Necesitaría bolso? No, claro. ¡Pero si iba a la casa de al lado!
Bajé abajo y les expliqué con pocas palabras a mis padres qué es lo que iba a hacer y dónde.
-¡Bueno, me voy, adiós!
-¡Adiós hija, no bebas mucho!
-¡Pero si yo no bebo, papá!
-¡Nunca se sabe!
Puse los ojos en blanco y salí de casa.
Fuera, como me había prometido, estaba Jey.
Fiel a su estilo, llevaba una camiseta azul con unos pantalones vaqueros y unas Supras azules.
Y, por favor, no olvidemos su gorra azul también.
-Hola-dije, cuando me reuní con él.
-Eh, qué mona.
-¿Insinúas que tengo algo de parecido con esos animales?
-No, yo quería decir que…
-Ya, ya sé no te preocupes. Gracias. ¿Y Marta?
-Se fue hace rato a ayudarles.
-Pero, ¿qué van a hacer que tanto hay que preparar?
-Yo que sé, lo han tenido todo en el más mayor de los secretismos.
-Bueno, vayamos a descubrirlo.
Llamamos al timbre y Niall nos abrió.
-¡Eh, pequeña! ¡Aquí estás!-dijo, dándome un gran abrazo de oso que me levantó del suelo.
-Cuánto afecto…-dije, cuando me dejó en el suelo.
-Te corregí los deberes. Que sepas que tienes unas cuantas cosas mal…
-¿Qué dices? ¡No me fastidies!
Niall rió.
-Ya lo corregiremos, ¿vale?
-Vale.
-Ahora pasad, vamos. Al jardín.
Salimos adonde Niall nos indicó.
Los demás estaban fuera, a excepción de Annie que vendría más tarde.
Habían puesto varias mesas con comida y bebida, un reproductor de música y altavoces y habían puesto luces de colores.
Guau.
Me reuní con mis dos amigas y nos pusimos a hablar de los vestidos que habíamos elegido, pero como esa conversación sólo duró como cosa de dos minutos, pues nos dirigimos a la mesa a por algo de beber.
-No me lo digas-me dijo Zayn-Coca cola, ¿verdad?
-Jo, Zayn, si ya lo sabes, ¿para qué preguntas?
Cuando empezó a anochecer fue cuando Annie se presentó y pudimos comenzar la fiesta.
Annie, Bego y Marta bailaban en el centro del jardín con Zayn, Harry y Liam, Niall comía en la mesa y yo estaba sentada en ella, viéndoles bailar.
Jey le explicaba a Louis ciertos pasos raros que hacía él.
Cuando se cansó de escucharle, se acercó y se apoyó en la mesa, a mí lado.
-Eh-dijo.
-Eh-le respondí, mirándome los pies.
-¿Qué tal?
-Bien, bien… ¿Y tú?
-Bien, también. Quería preguntarte si estabas enfadada, ya que como ya no hablas conmigo…
-¿Enfadada yo? Oh, no Lou, claro que no…
Le miré y ambos sonreímos.
-¿Amigos?-dije, tendiéndole la mano.
-Amigos-dijo, aceptándola.
Reí, feliz.
Ahora todo estaba bien con Louis.
Yo le seguía queriendo, claro, nunca se deja de querer a una persona por mucho daño que esta te haga, pero prefería tenerlo como amigo que no tenerlo.
-¿Quieres bailar?
-En realidad, tú no quieres bailar.-dije.
-Cierto, pero…
-¿Vas a comerte eso?-me preguntó Niall, mirando los Doritos que tenía en la mano.
-No, anda, toma-dije, dándoselos.
-Os dejaré solos  rodeados de comida, que parece que es dónde os gusta estar-dijo Louis, abandonándonos.
-Cómo nos conoce Louis, ¿eh?-dijo Niall-¿Ya has arreglado las cosas con él?
-Sí, lo hice.
-¿Estás contenta ya?
-Sí, mucho.
-Bien. Oye, ¿recuerdas cuándo fuimos a cenar al sitio ese dónde había un camarero con un bigote descomunal?
-Claro.
-¿Recuerdas tu promesa?
-Hum… Creo que no.
-Me prometiste bailar conmigo más tarde en la disco, pero no lo hiciste.
-Puedo arreglarlo. ¿Me concederías este baile?-dije, tendiéndole mi mano con un toque muy teatral.
Él la agarró.
-Por supuesto.
Dejamos a Zayn como encargado de la música (y para que vigilara la Coca Cola que aún no me había acabado de tomar) y nos reunimos con los demás en la pista.
Liam le daba vueltas a Marta mientras esta reía, Jey y Bego acompañaban la música con algunos pasos que reconocí como los que usábamos en la academia y Annie intentaba copiarlos.
Harry, por el contrario, estaba sentado en las escaleras, bebiendo una lata de vete a saber qué y nos miraba.
La canción era bastante lenta (cosa rara con Zayn pinchando, pero quizá se estuviera peleando con una lata de Coca Cola y se le hubiera colado esta), así que le pasé los brazos por el cuello a Niall y nos movimos al ritmo de la música.
-¿Por qué no estás con Annie?-pregunté al rato, muerta de curiosidad-Se va a ir y no la vas a ver en un tiempo.
-Porque me apetece estar contigo.
Iba a responderle cuando empezó a sonar All around the world de Justin.
Los dos nos miramos y empezamos a bailar como unos cabras.
-Se van a hacer daño-observó Jey, al ver la vitalidad con la que bailábamos, o más bien, hacíamos el loco.
Cuando acabó la canción, estábamos matados, así que fuimos a por algo de beber.
Busqué mi Coca Cola, pero no estaba por ningún sitio.
-Zayn, ¿has visto mi…?
En ese momento, sorprendí a Zayn con mi lata.
Sabía que era la mía porque la había quitado la chapa de arriba.
-Sí, sí que la he visto sí. ¿La quieres?
La cogí.
Estaba vacía.
Le miré mal durante largo rato, hasta que Niall me dio otra y se me olvidó todo.
Aún sostenía la lata vacía en la otra mano porque me hacía gracia.
Niall había decidido atacar de nuevo la comida para reponer fuerzas por si sonaba otra canción de Justin.
Miré de nuevo hacia la congregación de amigos míos que bailaban y me sorprendí enormemente al ver a Harry y a Annie bailando.
Apreté, con fuerza e inconscientemente, la lata de Coca Cola y la estrujé.
Aquello no me hizo ninguna gracia y me cabreaba el no saber por qué eso me molestaba.
Jey vino a la mesa para beber algo.
-Tú bailas conmigo ahora, ¿vale?
-Quiera o no me vas a obligar, así que…-dije.
Fui con él a bailar, pero, aunque intentaba, y de veras lo intentaba, fijarme en él, mis ojos no podían apartarse de Harry.
Quería ver qué estaba haciendo, si la estaba rozando, si la agarraba, si le daba vueltas, si la sonreía, si la hablaba.
Entonces, sonó Dance Again.
-¿Esta no es la canción que vosotros dos tenéis que bailar?-dijo Liam.
-¡Bailarla, bailarla!-empezaron a decir todos.
-Pero…-dije yo, mirando a Harry.
No podría hacerlo si él me estaba mirando, algo en mi interior me lo decía.
-El público lo pide-dijo Jey-No puedes negarte.
-¡Oh, vale, está bien! Zayn, ponla otra vez.
-¡Va!
Y la bailamos.
Aún no estaba del todo perfeccionada, pero salió bastante bien.
Aparte, había que sumarle que llevaba vestido y unos señores tacones.
Miré las reacciones de mis amigos.
Liam, Louis y Zayn tenían una cara de “Not bad” que no podían con ella, mis amigas estaba con cara de “LOL, ¿qué es esto?”.
A Niall no le hizo mucha gracia, lo supe porque durante el baile dejó de comer y, aunque intentó hacernos ver que el baile no le importaba, su cara decía todo lo contrario.
Y en cuanto a Harry… Puso exactamente la misma cara que yo sabía que pondría.
-Pues está muy bien.
-Sí, tío. Nos mola.
Una vez que se hubo pasado la euforia del momento, todos volvimos a lo nuestro.
Zayn a su música, Niall a comer y los demás a bailar.
Yo continué bailando con Jey.
-Parece que a tu amiguito Harry no le ha hecho mucha gracia vernos bailar así-dijo él.
-Bah.
-Y tú no has dejado de mirarle todo el rato.
-¿Yo? Me confundes con otra.
Rió.
Entonces, se inclinó y me besó.
Estuvo a punto de meterme la gorra por el ojo pero gracias a Dios, no lo hizo.
Por primera vez cuando me besaban, me veía libre de cualquier pensamiento hacia Harry y no sonó en mi cabeza la tan famosa canción de In your heard, Harry´s versión.
En ese momento, alguien nos separó con fuerza.
Abrí los ojos y vi que había sido Harry.
-¿Tú quién te crees que eres para besarla?-le dijo a Jeydon, señalándome.
-Pues alguien a quién le gusta ella y tiene cojones para demostrarlo y hacerlo.
Aquello no le gustó nada a Harry.
-¿Insinúas algo?
-Tú sabrás. Además, ¿a ti qué te importa lo que yo hago o dejo de hacer?
-Chicos, ya venga-dijo Liam, intentando calmarles.
-Sí, Harry, para-dije, cogiéndole del brazo, mas él se soltó con fuerza.
-¡No me toques!
-¡Y tú no la grites, payaso! ¡Vuelve a hacerlo y te parto la cara!
-¿Tú a mí? ¡Me gustaría verlo!
Y verlo, lo que es verlo, lo vio, ya que se llevó un guantazo.
Y yo grité.
Me había dolido hasta a mí.
Acto seguido, comenzaron a matarse mutuamente.
-¡Parad, parad por favor!-gritaba yo, pero ellos no me hacían caso.
Intenté ir hacia ellos, pero Niall se puso en medio.
-No, a ver si te van a golpear a ti.
-¡Me da igual, quítate! ¡Se van a hacer daño!
Mas Niall se tomó muy en serio su papel de muro impenetrable y no había manera de pasarle.
Cuando lo conseguí, me agarró por la cintura y me levantó en el aire, mas yo pataleé.
¡Me sentía tan culpable! Espera… ¡Si es que lo era!
No quería que se hicieran daño, pero, había una parte en mi interior, que sufría expresamente por Harry.
Como le pasara algo, yo lo iba a pasar muy mal.
Al final Louis y Zayn consiguieron separarlos.
Zayn y Marta se llevaron aparte a Jey, que todavía gritaba queriendo matar a Harry y Louis se llevó a Harry, al cual le sangraba la nariz.
Los dos entraron en casa.
Me zafé de Niall y corrí tras ellos.
-Espera, no te muevas, ahora vengo-dijo Louis, saliendo a todo correr de la cocina.
Aproveché dicha ocasión para meter la cabeza dentro y mirar.
Harry estaba apoyado en la encimera, sujetando un pañuelo sobre la nariz.
Entré y cogí una servilleta.
-Toma-dije, tendiéndosela-El pañuelo está empapado.
Tiró el pañuelo y lo sustituyó por la servilleta.
Louis fue a entrar, pero al verme allí dentro, se fue.
Nos quedamos en silencio.
De vez en cuando le iba dando otra servilleta para sustituir la anterior, así hasta que paró de sangrar.
Le hice sentarse en un taburete y le limpié, con un pañuelo mojado en agua, la cara cuidadosamente.
Una vez que lo hube hecho, caí en la cuenta del moratón que tenía a un lado de la cara.
-¿Te duele?-dije, pasando con cuidado el pañuelo por él.
Él frunció el ceño.
-No.
-¿Qué harás ahora que te has destrozado la cara con la que te ganabas la vida?
-No he hecho nada que un poco de maquillaje no pueda ocultar.
Abrí el frigorífico, saqué un poco de hielo, lo metí en una bolsa, tapé esa bolsa con un paño de cocina y se lo puse en la cara.
-Toma, sujétatelo así durante un rato.
Al ir a cogerlo, sin querer cogió mi mano, lo que me puso nerviosa.
Cuando se dio cuenta, dejó mi mano en libertad.
-¿Por qué no te has ido con él?-preguntó, cuando me senté en la encimera.
La verdad, no lo sabía.
Había sido algo instintivo ir tras él.
Quería saber cómo estaba, si se había hecho daño y, si así era, cuidarlo.
-Porque te consideré más importante.
No le había dicho toda la verdad, pero eso no era del todo mentira.
Harry sonrió, pero al hacerlo, el moratón de la mejilla le dolió y se quejó.
-¿Por qué lo has hecho?-pregunté.
-Porque no quería que se propasara contigo.
-No lo había hecho.
-Por si acaso.
-Estás loco.
-Puede… Y así me va.
-Eres un estúpido, ¿sabes? Me asustaste. Pensé que te iba a hacer daño de verdad.
-¿En serio? Pero si no me ha hecho ni cosquillas.
Al hablar, le dolía el moratón de la mejilla.
-No quiero que te hagan daño, Harry. Ni Jey, ni nadie.
-Tú ya me lo haces.
-¿Yo? ¡Pero si yo no te he pegado!
-Ni falta que hace.
-¿A qué te refieres?
-Da igual.
-No, no da igual.
-Ya te lo diré.
-¿Cuándo?
-Cuando no me duele el hablar.
No pude evitar reír.
-Vale, está bien.
-Y que sepas que también tenía que partirle la cara porque me caía mal. No todo es por ti.
-Ya, ya me imaginé.-dije, acercándome a la puerta de la cocina.
-Eh, Cris.-me giré-Gracias por hacer de mi mamá.
Sonreí.
-Gracias tú por hacer de mi papá aquel día.
Obviamente, estaba hablando de la noche en que me emborraché.
Y salí de la cocina.
Los demás estaban fuera, preocupados.
-Lamento la que he liado. La fiesta se ha ido a la shit por mi culpa…
-¿Qué? No, claro que no mujer. Han sido ese par de borregos…
Me despedí de Annie y de los demás y decidí irme a casa.
Demasiadas emociones en un solo día.
Además, mañana tendría que contestar a una pregunta, ¿por qué había ido corriendo desesperadamente tras Harry?, y quizá no me gustara la respuesta.



 ¡Bueno, gentes! Muchas gracias, por leer, de verdad. Lamento no haber subido en...¿2 semanas, tal vez? ¡Arg, no recuerdo! El caso es que como ya se a acabado el curso, ya podré escribir siempre. ¡Bien por todos! Otra cosa que quería decir es que, por si aún no lo sabéis, he empezado a escribir una novela de vampiros, licántropos y Justin Bieber justinbiebervampirestory.blogspot.com por si os interesa y la prometida novela de vampiros de 1D ourownvampirestory.blogspot.com, que escribo con Styles One Direction.
Y me gustaría pediros un favor. ¿Seríais tan amable de promocionarlas? Ambas tiene sólamente un capítulo y no sé, sólo si queréis, podéis hacerlo. Pero a mí me haría feliz (?)
Bueno, que eso.
Muchas gracias por todo :3
Cris Bieber Horan Styles.