sábado, 9 de marzo de 2013

Capítulo 41


Todos se miraban entre ellos, pero nadie decía nada.
Bueno, Sigrid no sabía adónde mirar y no la culpo.
-¿Alguien nos va a decir qué pasa?-dije, enarcando una ceja.
Al fin Bego tomó la palabra, ya que nadie tenía intención de tomar la determinación.
-Isa se va de vuelta con el tío Ralph.
Al principio, Harry y yo no reaccionamos.
Luego, él fue el primero en decir "Oh", pero yo tardé un poco más.
-¿Qué? ¿Y eso por qué?
-¿Y eso qué más da?-dijo Isa-El caso es que voy a tener que dejaros.
Le tendí mi móvil.
-Ahora mismo llamas al tío Ralph y le dices que no puedes irte, que eres nuestra. O no, espera, díme el número, se lo diré yo.
Nos reímos.
-Será en vano, ya tengo las cosas preparadas.
-¿Cuándo te vas?
-Mañana.
-¿Y no hay nada que podamos hacer para impedirlo?
-Secuestrarla-sugirió Zayn.
-No, nada.
-Bueno... Si no hay otra opción... Te echaremos de menos, ¿lo sabes, no?
Nos reunimos todos en torno a Isa y le dimos un fuerte abrazo.
Sigrid no lo hizo, pero lo comprendimos.
-Estaremos en contacto, ya Bego me contará todas las cosas que hagáis.
-¡Claro!
-¡QUÉ NO PARE LA FIESTA, DON´T STOP THE PARTY!-dijo entonces Louis, y seguimos con la "fiesta". Bueno, llámalo x.
-Muy bonito el detalle de la pantarca-dije, señalando con la cabeza la pancarta.
Ponía "Forever Young, forever Carry".
-¿A quién se le ocurrió esa frase?-pregunté, intrigada.
-A Niall-dijo Marta.
-¿De verdad? Es... Me encanta.
En ese momento, Bego apareció junto con Nerea.
-Hemos tardado más porque sacamos a pasear a Pepa y llevamos a tu hermana a casa-le dijo a Sigrid.
-Ah, menos mal. Me tenías preocupado.-dijo Louis.
-OHHH, QUÉ BONITO. LOUIS PREOCUPADO POR BEGO.-dije yo.
Louis me cogió y empezamos a hacer el tonto.
Echaba mucho de menos aquella relación de hermanos que llevábamos.
Nerea, nada más entrar por la puerta, se había tirado encima de Harry.
Se ve que, de seguir enfadada, sólo era conmigo.
Pero no, una vez que Louis y yo dejamos de hacer el tonto, me acerqué a ella.
-Hola, Cris.-me dijo.
-Ey, guapa. Toma-dije, tendiéndole algo-Que sepas que no me olvidé de ti allí.
-Sí, bueno, si no llega a ser porque ¡AH!
Le di una patada a Harry para silenciarle.
Ella miró la foto.
-¡WOW! ¡ME ENCANTA!
-La eligió Harry.
-¡GRACIAS HARRY!
En realidad, era la foto que yo le saqué a la Torre Eiffel.
La fiesta se prolongó un rato más pero no mucho, Louis, Zayn y Liam fueron a acompañar a Bego,Marta, Nerea, Isa y Sigrid y yo cogí mis cosas para ir a casa.
Mis padres ya sabían que había vuelto, pues les había llamado nada más aterrizar.
-¿Vendrás esta noche?-me preguntó Harry.
-¿No estás un poco cansado de mí?-pregunté.
-Yo nunca podré estar cansado de ti.
-Anda, embustero.
-¡No miento!
Reí.
-Está bien, vendré en un rato.
Nada más entrar en mi casa, mi madre corrió a abrazarme y no me soltó en un rato, en el que intenté no gruñir demasiado.
Ella me atacó a preguntas sobre qué habíamos hecho, si me lo había pasado bien, si había sido buena, si Harry me había tratado bien... Lo normal, vamos.
Le respondí a todo como buenamente pude (aunque omití ciertos detalles que juzgé que era mejor guardármelos para mí).
-¿Y la abuela?
-Oh, ya se volvió de vuelta a España.
-Una lástima, me hubiera gustado despedirme de ella.
Subí mi maleta a la habitación, saqué la ropa, eché a lavar la que estaba sucia y coloqué los zapatos y las otras cosas, después guardé la maleta bajo la cama, cogí mi bolso, guardé un par de cosas, me puse el pijama y bajé.
-¿Adónde vas?-me preguntó mi padre, visiblemente interesado.
-A dormir con los chicos, ¿por?
-Pero, ¿no acabas de llegar y ya te vas otra vez?
-No lo entiendo, antes me decíais que no salía apenas y ahora que no entro. No tenéis término medio.
-Está bien, ve, pero vuelve para desayunar.
-Como quieras.
Niall me abrió la puerta.
-¿Y vas así por la calle?-dijo, rompiendo a reír.
-¿Qué? Nadie me vio.
Harry estaba en el salón, sentado en el sillón.
Me senté a su lado, apoyé la cabeza en su hombro y dejé que me rodeara mis hombros con un brazo.
-Y bueno, ¿qué tal París? Venga, contádme.-preguntó Niall.
Estuvimos contándole sobre lo sucedido en París hasta que vinieron los demás, entonces emprendimos de nuevo el relato.
-¿Y vosotros? ¿Qué tal en nuestra ausencia?-pregunté, interesada.
-Oh, bien, bien...
-Algunos mejor que otros-dijo Zayn, mirando a Louis y a Liam.
Todos, menos Harry y yo, se echaron a reír.
-¿Qué? ¿Por qué? ¡CONTADNOS!
-Nada, nada, hay cosas que es mejor no saber.
Tras eso, cambiamos de tema.
-¿Qué os parece lo de Isa?-preguntó Niall.
-Puff... Pues no sé, ya nos habíamos acostumbrado a vivir con ella.
-Sí, pero no se muere, seguiremos en contacto con ella.
-Por supuesto.
-¿Y Sigrid, la nueva? ¿Qué tal?-pregunté.
-A mí me recuerda a ti-dijo Louis.
-¿Y eso quiere decir qué?
Él se rió.
-Ah, no Lou, ahora hablas...
-No, nada, sólo espero que tu historia no se repita.
-¿Mi historia? ¿Qué historia?
-Oh, vamos. Sabes lo que quiero decir. Estás loca y, en el tiempo que llevas aquí, has hecho un montón de locuras.
-Ponme un ejemplo de una de ellas.
-Allison. Carly. Son dos claros ejemplos.
-Ah, ya entiendo. No quieres que se pelee con nadie.
Nos reímos.
Decidimos irnos a acostar, pues estábamos cansados.
A la mañana siguiente, desperté antes que Harry, cogí un papel y le escribí.
"He ido a casa a desayunar y después iré a correr un rato, sino, perderé la costumbre.
No olvides que te quiero, esa costumbre es imposible perderla".

Fui a casa y desayuné con mis padres, que me prestaban especial atención mientras me decían lo mcuho que me habían echado de menos.
No podía culparlos, soy hija única y nunca hemos pasado mucho tiempo separados, si viajábamos, solíamos hacerlo en familia.
Tras eso, subí, me cambié de ropa por algo más cómodo, cogí música y me fui a correr.
Era una mañana bastante fría, pero entré rápido en calor.
Decidí pasar por el mítico parque en el que tantas cosas había vivido y miré el banco de Niall y mío.
Había debido de llover por la noche, porque todo estaba mojado (incluido el banco) y el ambiente olía a lluvia.
Mientras corría y sorteaba los charcos, me puse a pensar en Isa.
Jo, la echaríamos de menos.
Después, hice un repaso a el viaje a París junto a Harry.
¿Quién me iba a decir a mí antes de venirme a Londres que perdería la cabeza así por un chico? Y no un chico cualquiera, sino uno famoso que tocaba en una banda.
Era demasiado para alguien como yo.
Cosas de este tipo pasan en películas, en cuentos, en series o en novelas de niñas que escriben sobre sus ídolos, pero no en la vida real, no a mí.
Después de un buen rato corriendo, entré a un Starbucks, me compré un chocolate caliente y ande otro rato.
Me gustaba este tiempo y este olor a humedad, así que no me apetecía volver a casa.
Pero un coche decidió aguarme la fiesta (nunca mejor dicho) y pasó a toda velocidad por un enorme charco de agua, cuya agua cayó sobre mí, empapándome.
Suspiré, intentando no estallar en insultos y emprendí el regreso a casa, cuando me topé con alguien mientras intentaba secarme con frustrantes resultados.
-Eh, pero si eres Sigrid. ¿Cómo tú por aquí?
-Vivo por aquí y he tenido que ir a hacer unos recados esto... ¿Qué te ha pasado?
-Casi me ahogo en un charco. Algo nada difícil por mi altura, ¿no crees?
Ambas nos reímos.
-Nah en verdad ha sido un coche, ya sabes. Estaba en el lugar menos apropiado en el momento menos adecuado.
-Ya veo.
-¿Por qué hablamos en inglés cuando podemos hablar español?
Volvímos a reírnos.
-Parece que echas de menos hablarlo.
-No sabes cuánto... Lo de ayer estuvo bien, ¿volverás a quedar más veces con nosotros?
-Oh, bueno... Si queréis que vaya...
-¡Claro que sí! Bueno, si tienes que hacer recados y eso te dejo, porque me voy a congelar. Dime tu número y te llamaremos.
Así lo hizo y nos despedimos.
Fui a casa, me duché y me cambié de ropa.
Volví a casa de los chicos, donde estaban todos desayunando.
-No me digáis que os habéis levantado ahora-dije.
-Ahora mismo, sí-dijo Louis, estirándose.
Harry me dio un beso en la mejilla, diciéndome, a su manera "buenos días".
-Me ha gustado tu nota-dijo, mientras me tiraba en el sillón del salón y ponía la tele.
-¿Nota? ¿Qué nota? ¿Quién? ¿Cuándo? ¿Qué? ¿Por qué?-dijeron los demás.
-¿Ah, si? Cuánto me alegro.-dije, cambiando de canal.
Estaba buscando un canal donde echaran algo que me gustara cuando Niall vino, me quitó el mando y apagó la tele.
-¡Eh!-protesté-¡Estaba viendo la televisión!
-Mentira, no la estabas viendo, estabas zapeando.
-Bueno, sí, vale, pero...
-¿Has hecho los deberes?
-¿Deberes? ¿Qué deberes? Oh, sí, ya...
Me acordé que me dijo que me había metido en la maleta los deberes de irlandés. Y aún seguían allí.
-Osea que no, ¿no?
-No...
Y me hizo ir a casa, coger los deberes y sentarme en la mesa del salón a hacerlos.
Niall podría parecer un amor, pero cuando se metía en su papel de profesor, era muy exigente y poco flexible.
-Me he encontrado con Sigrid esta mañana-dije.
-¿Ah, si?
-Sí, antes de que un coche pisara un charco y me empapara.
-JAJAJAJAJAJAJA.
Ese era Zayn.
-¿Y qué te dijo?
-Oh, nada, hablamos un poco, y luego le pedí el número. Me cae bien, deberíamos quedar con ella algún día.
-Claro que sí, pero tú haz los deberes.
-Jo.
-¿Cómo has podido dejar que pase esto, Harry? Te tenía por alguien responsable.
Todos nos reímos.
Bego y Marta vinieron un rato después y ayudaron a hacer la comida mientras Niall me corregía los deberes y me hacía repetir buena parte de los ejercicios.
-Has perdido facultades.
-He estado de vacaciones...-protesté.
-No es excusa.
Comimos todos juntos en armonía (aunque nos faltaba Isa) y después, por la tarde, Bego y yo nos marchamos a la academia, donde vimos a Jeydon, quien nos informó de que Amber no podría venir porque estaba enferma.
-Tío, últimamente estás desaparecido, ¿dónde te metes?
-Habló la que estuvo en París...
-Oh, cállate-dije, riendo-Desde que estás con Amber, apenas te vemos el pelo.
-Bueno-dijo él, despreocupadamente-Me mantiene ocupado. Y podría decir lo mismo de ti.
-Podrías, tienes razón.
Fue divertido volver a la rutina, es decir, a la academia. Ya echaba mucho de menos el bailar, era parte de mi vida. ¿Cómo pude haberlo dejado en todos aquellos años?
Al salir, Bego y yo nos llevamos una sorpresa al ver a Harry y a Louis, los cuales se reían sobre algo que desconocíamos, esperando fuera.
-¿Cómo vosotros por aquí?-dije, mientras avanzaba hacia Harry y dejaba que sus brazos me envolvieran.
-Digamos que no podía estar más sin verte.
-Habéis vuelto muy empalagosos de París, ¿no?-Observó Louis-Ah, no, que ya lo érais antes de iros...
Ambos le miramos mal y él se rió, mientras le pasaba a Bego un brazo por los hombros.
Volvimos a casa (a su casa, vamos a especificar), pero despedimos a Jeydon antes, el cual iba  a ver a Amber.
Pasamos allí el resto de la tarde, yo haciendo deberes de irlandés junto con mi querido profesor Niall y los demás en el salón, viendo hablando o bien tratando de ver la tele.
Bego, aunque estaba bien, estaba aún un poco decaída por la marcha de Isa, pero era normal, estaban muy unidas, pero ya nos tenía a nosotros para consolarla. Sobre todo a Louis, que no la dejaba sola ni un momento.
-Tengo hambre-dijo Niall.
-Ya, claro, ¿y cuándo no?-le dijo Zayn.
Estuvimos debatiendo si mandábamos a alguien a la cocina a hacer algo de cena, cuando Liam dijo que nos fuéramos por ahí, que qué era de eso de cenar todos los días en casa.
No protestamos ninguno.
Bego sugirió llamar a Sigrid, para que se nos uniera.
Ninguno protestamos, le di mi teléfono y la dejamos encargada de hablar con ella mientras Niall gritaba como loco (estaba feliz porque íbamos a cenar en breves).
Dijo que había aceptado y, como pillaba cerca de su casa, pasaríamos a recogerla, por lo que nos fuimos y, en efecto, estaba estaba allí, esperando.
-¿Llevas mucho esperando?-le preguntó Zayn.
-Zayn tiene problemas con eso de la puntualidad y la hora-apuntó Louis, haciendo que nos riéramos.
-Pues no, la verdad, acababa de bajar.
-Ah, menos mal.
-Sí, Zayn, respira tranquilo.
Louis esquivó la colleja de Zayn y seguimos andando hasta llegar al restaurante al que siempre íbamos, aquel italiano tan... Peculiar.
Le habíamos tomado mucho cariño, pues allí habíamos vivido muchas cosas, además, pensábamos que Mostachini (ya sabéis, el camarero, del que aún no habíamos conseguido adivinar el nombre. Nadie tenía el suficiente valor como para preguntárselo) había dejado de odiar a Niall (recordemos que la primera vez que estuvimos aquí Niall y él tuvieron algunos artecados y entre ellos se creó una leve enemistad).
Nos sentamos en la mesa de siempre, la cual ya considerábamos nuestra mesa.
Mostachini no tardó en atendernos y nos lo pasamos bien durante la cena, hablando de esto y lo otro, riéndonos y haciendo el idiota (eso sobre todo Louis y Niall, no sabemos por qué)
El domingo fue un día la mar de tranquilo, el cuál me lo pasé haciendo deberes.
-¿Te puedes creer que estoy estudiando más irlandés de lo que he estudiado nada en toda mi vida?
-Me lo creo y ahora sigue traduciendo.
-Harry, ayúdame.
-¿Y qué quieres que yo haga?-dijo el aludido.
-Sálvame.
-Pero tú misma le pediste que te enseñara. Atente a las consecuencias.
-Ah, traidor.
Por la tarde, mandamos a Zayn y a Niall (al primero para que le diera un poco el aire y al segundo para que me dejara un rato en paz con los deberes) a buscar a Sigrid para ver unas cuantas películas, con palomitas y bebida.
Bego incluso se trajo a Pepa (por petición expresa de Louis, cómo no).
Liam regañó a Pepa por saltar en los sillones y Louis regañó a Liam por regañar a Pepa, hasta que Marta le dio una colleja y a Bego no le dio la gana de salir en su defensa.
El lunes por la mañana, salí de nuevo a correr, aunque esta vez con la compañía de Bego, que se apuntó y Sigrid (Marta dijo que eso de correr no era lo suyo y que la enviáramos una postal o algo).
Por la tarde, de nuevo tocó academia y, al salir, Harry nos estaba esperando.
-¿Y Louis? ¿Dónde te lo dejaste?-pregunté.
-Sé perdió por el camino, qué sé yo.
-Se está preparando, ¿no?-dijo Bego.
-Sí, exacto.
Yo me les quedé mirando sin comprender nada.
-¿Qué? ¿Qué se está preparando para qué? ¿Qué pasa? ¿Por qué? ¿Qué me he perdido?
Los dos me miraron.
-¿No se lo dijiste?-le preguntó Bego.
-No.
-Me dijiste que lo harías, nosotras no lo hicimos por eso.
-¿Qué pasa? ¿Qué no me habéis dicho? ¿Harry?
Empecé a asustarme.
-Ey, no pongas esa cara, Cris. No es nada malo.
-Pues entonces dímelo.
Harry suspiró.
-¿Te acuerdas del vestido y de los zapatos que te compré?
-¿Cómo olvidarlos?
-Bien, pues quiero que vayas a casa y te pongas ambas cosas.
-¿Por qué? Ah, no me digas, sorpresa.
-Tenemos poco tiempo-observó Bego.
-Está bien...-dije, algo molesta.
Ya sabía Harry lo que opinaba de las sorpresas y él no dejaba de sorprenderme. Es... Bastante frustrante.
Fuimos a casa a la carrera, me duché rápidamente, me sequé el pelo a conciencia (yo creo que necesitaba un corte, lo hablaré con Harry, pues él ama mi pelo), me vestí y me calcé.
-¿Adónde vas?-quiso saber mi madre.
-¿Qué sé yo? Buena pregunta.
-¿Y ese vestido?
-Ah, me lo regaló Harry, con los zapatos. ¿Te gusta?
-Oh, sí, es muy bonito.
-Lo eligió él. Pero no sé adónde vamos. No creo que muy lejos o a algo muy importante.
Salí de casa y una enorme furgoneta con los cristales tintados esperaba en la puerta de la casa de los chicos, aunque ellos estaban fuera, en el porche, bien vestidos, como siempre, conjuntados unos con otros. También estaban Bego, Marta y Sigrid.
-¡Ah, aquí estás!-dijo Zayn.
-Oye que no he tardado tanto.
-Claro que no, pero ya sabes cómo es Zayn con la hora-me defendió Harry.
Nos metimos todos en la furgoneta y esta arrancó.
-¿Me vais a decir ya adónde vamos? He venido aquí en la más completa ignorancia y solo por amor.
-Ya lo verás...-dijo Louis.
-Yo no quiero verlo, quiero saberlo.
-Bueno, no importa, no tardarás mucho en descubrirlo.
Me frusté, pues nadie tenía intención de decirme nuestro destino.
-¿Y a ti cómo te engañaron para venir?-le pregunté a Sigrid.
-También vengo en la ignorancia, como tú.
-Esto es secuestro y lo demás son tonterías.
Al rato, empezamos a oír gritos.
Miré por la ventana tintada y distinguí gente tras ella.
-Pero...
La furgoneta se paró y la puerta se abrió, incrementando el número de chillidos que nos destrozaban los oídos.
Los chicos bajaron primero y nos ayudaron a bajar a nosotras.
Aferré la mano que Harry me tendía y bajé de un salto al suelo.
-¿Pero se puede saber dónde me habéis traído, pedazos de locos?
Todos se ríeron.
-Vas a asistir a la entrega de un Brit.-me anunció Zayn.
-Eso si nos lo dan-dijo Liam, por lo que nos reímos.
-¿Me habéis traído a una entrega de premios? ¡Esto saldrá en la tele! Creo que me voy a morir...
-Verás como no-dijo Harry, sonriéndome.
-Como hagas eso, verás como sí. Ya te tengo avisado sobre tus sonrisas, Harry.
Tuvimos que posar en el photocall con ellos.
-Emm... ¿Somos bien recibidas aquí?-les pregunté a mis amigas.
-Eso espero-dijo Marta.
-Aquí hemos venido por ellos-dijo Bego-Olvidáos de lo demás.
-Y todo esto porque fui a dejar a mi hermana en tu casa... Si lo llego a saber...-dijo Sigrid, haciéndonos reír.
Tras esto, avanzamos para dejar paso a otros artistas y los periodistas nos abordaron.
Le pellizqué a Harry en el brazo.
-¿Y si me preguntan algo? ¡Debiste haberme avisado para que me preparara un discurso!
Él se rió.
-No creo que lo hagan.
Pero se equivocó, pues mis amigas y yo fuimos sometidas a preguntas.
-¿Qué se siente al ser la afortunada chica de la que está enamorado Harry Styles?
-Umm...Eh... Se siente bien.
-¿Cómo véis el futuro?
-Pues espero que Liam y yo lo veamos juntos.
-¿Cómo es ser la causa de las espectaculares sonrisas de Louis Tomlinson?
-Es... Una sensación imposible de describir.
-¿Sois conscientes de lo afortunadas que sois?
Nosotras nos miramos y respondimos a la vez.
-Lo somos.
Tras un rato de preguntas incesantes, me deslicé para escuchar la entrevista de Harry.
-Habéis estado unos días de vacaciones, ¿no es así?
-Sí-respondió Harry-Sí, es cierto.
-¿Todo bien por París?
Se rió.
-Oh, sí, todo perfecto.
-¿Habreís recargado las pilas para los conciertos de invierno, cierto?
¿Qué? ¿Conciertos de invierno?
-Os llevarán por países europeos y eso es mucho trabajo. Aparte, allí las fans son muy dedicadas. ¿Cómo lo veís?
-Pues... Um... Yo creo que estamos preparados. Sí, es una cantidad enorme de trabajo, pero podremos con ello, contamos con grandes apoyos, además.
Después de unas cuantas preguntas más, Harry fue libre y me miró.
La visión que tuvo de mí no debió de ser muy alentadora, pues le miraba con la cara desencajada por el enfado y los brazos cruzados.
-Conciertos de invierno. No, si no nos vamos, estaremos juntos por mucho tiempo. Claro y yo te creí.
-Por favor, aquí no.
-No, claro, claro. No voy a montarte una escenita aquí. No soy tan estúpida.
-No estaba diciendo eso.
-Sé lo que estabas diciendo.
Avanzó para ponerse a mi lado e intentar poner un brazo alrededor de mí, pero me aparté.
-Déjame.
Él suspiró y se apartó de mí.
Más tarde entramos en una gran recinto, muy parecido por dentro a un enorme teatro y nos indicaron dónde sentarnos.
-¿Vosotras no pudísteis decirme nada?-le espeté a mis amigas.
Ellas se miraron.
Bueno, a Sigrid no le espeté nada, pobrecilla. Ella no tenía manera de saberlo.
-Nosotras pensamos que lo sabías-dijo Marta.
-Sí, pensamos que Harry te lo diría... Allí en París-dijo Bego.
-Escuché a Niall y Zayn hablar sobre ello... Y cuando le pregunté, él me lo negó. Ha vuelto a mentirme. 
-Quizá lo hizo por algo en especial...-aventuró Marta.
-Dejad de intentar justificarle.
Durante la gala de premios, intenté no mostrar el enfado que sentía por dentro, así que lo escondí tras una sonrisa.
Los chicos actuaron y nosotras cantábamos y dábamos palmas.
Cualquiera diría que estaba mortalmente enfadada con Harry.
Cuando anunciaron que habían ganado, todos nos levantamos, entre gritos y saltos y nos abrazamos.
Fue muy emocionante y, por un momento, olvidé mi enfado, aunque pronto lo recuperé.
Nos dejaron coger el premio, pero Niall nos lo robó para acunarlo cual bebé. Eso nos dio miedo.
Debieron de haberme avisado, así le habría dicho a mí mamá que de nuevo salía en la tele. Era una locura.
Una vez finalizada la gala, pasamos a un recinto más pequeño donde se servía algo de comida.
Niall fue corriendo a la mesa donde estaba la comida y supimos que no se iba a apartar de ahí en toda la noche.
Harry me cogió del brazo y tiró de mí hasta sacarme fuera por una de las puertas que daban al exterior.
Hacía algo de frío fuera (por no decir bastante, dado el mes en el que estábamos) y yo llevaba los hombros descubiertos, por lo que me los cubrí los los brazos, intentando darme algo de calor.
Harry se quitó la chaqueta y me la tendió.
Por un momento, pensé en protestar, pero recordé lo sucedido en Halloween con el tema de la chaqueta y decidí no hacerlo, por lo que la cogí y me la puse.
Por unos minutos, ambos estuvimos callados, mirándonos.
-Me mentiste. Otra vez.-dije, acusándole con el tono de mi voz.
-No era esa mi intención.
-Puede que no lo fuera, pero lo has hecho. Así se me hace muy díficil confiar en ti. Si, cada vez que confío, me destrozas, habrá un momento en el que no confíe más.
Él me sostuvo la mirada.
-Así que dime, ¿por qué?
-No pretendía mentirte, sólo buscaba el momento más adecuado para decírtelo.
-Y ese momento del que hablas es este, ¿no? Aquí, en medio de todo el mundo, me entero por medio de un periodista que te hace una pregunta.
-No era así como yo quería que te enterases.
-Pues el caso es que es de la manera en que me he enterado. ¿Cuándo os vais?
Él miró hacia otro lado antes de contestar.
-Mañana.
Asentí con la cabeza y me crucé de brazos.
-Vale, mañana. ¿Y cuál era el momento ideal para decírmelo, ese que tenías pensado? Mañana a la hora de iros, ¿no?
Él asintió.
-Quería que no te hicieras a la idea, que fuera rápido, directo. Que...
-Que no me diera tiempo a echarte de menos antes de marcharte. Ya.
-Te lo dijera cuando te lo dijera, te ibas a enfadar igual, así que... ¿Qué más da cuando lo hiciera?
-Eso no es cierto, Harry. Si me enfado, es porque me ocultas las cosas. No me enfado porque te tengas que ir, sufro por ese hecho, pero es tu trabajo, es tu vida. Yo lo entiendo, lo respeto y te quiero.
Él fue a decir algo, pero le detuve con un gesto, indicando que iba a continuar.
-En París hubiera sido un buen momento para decírmelo. Bien es cierto que te hubiera empezado a echar de menos desde entonces, pero tampoco es la solución decírmelo antes de separarte de mí. Tan chocante es una cosa, como la otra.
Él me seguía mirando.
-No estoy ya enfadada, pero quiero que te enteres de una vez que quiero que dejes de ocultarme las cosas, que estoy aquí por y para ti y para siempre. ¿Ha quedado claro?
Asintió.
-Bien, ahora abrázame antes de que decida darte una paliza.
Se rió y lo hizo.
Le abracé con fuerza.
Acababa de recuperarlo y ya iba a perderlo. Me lo iban a arrebatar por un tiempo. Y esa me mataba, me comía por dentro.
-Me llevaste a París para pasar el máximo tiempo que pudieras junto a mí, ¿verdad?
-¿Por qué me lees la mente? Ya te dije que era muy frustrante.
Me reí y me separé de él, mas me le quedé mirando.
-Ay, Harry, Harry... ¿Qué voy a hacer yo sin ti? Sabes que me he acostumbrado a tu presencia a mi lado. Te necesito para vivir como al aire que respiro.
Me abrazó de nuevo y escondí la cabeza en su pecho.
-Volveremos pronto, te lo prometo.
-No sueles cumplir tus promesas-le recordé, con una sonrisa.
-Esta sí, porque nos va la vida en ello. Estaremos aquí por Navidad, quizá antes.
-Ese sería el mejor regalo para mí. Creo que hiciste mal llevándome a París. Me he hecho a ti. No sé caminar si no me estás mirando.
-Bien que caminas cuando yo no miro.
Le golpeé en el brazo.
-Eres tonto.
Él se limitó a sonreír.
-Quería decir que no soy capaz de nada sin ti. Era una bella metáfora.
-No tanto como tú.
Puse una cara que hizo que se riera.
-Además, me he acostumbrado a la independencia, a la libertad y, sobre todo, a ti y a mí.
-Hice bien. Cuando nos vayamos a vivir juntos, eso será así.
-¿Qué? Bromeas, ¿no? Te estás quedando conmigo.
-Claro que no, lo he estando pensando. No tiene por qué ser ahora, pero en un futuro... ¿Por qué no? Hablaremos de ello cuando vuelva, ¿de acuerdo? Tienes tiempo para pensar en ello.
-No hay nada que pensar, ya está todo pensando.
-Sé lo impulsiva que eres y prefiero que lo pienses.
Hinché los mofletes fingiendo indignación.
-Llévame contigo, me lo prometiste.
Él suspiró.
-Sé que lo hice y ahora no puedo, pero no me he olvidado de esa promesa, te lo aseguro.
-Jo.
-Además, alguien tiene que quedarse a cuidar de Bego y Marta y la chica nueva, Sigrid. Debes integrarla en el grupo.
-¿En el de mis mejores amigas? Mm... No sé... Porque luego vosotros os las ligáis a todas. Amiga que tengo, amiga que os ligáis.
Él se rió.
-Podría  decirte lo mismo.
-¿Qué? ¿Ya estamos con eso otra vez? Oye que con Liam no he tenido nada...
-Aún.
-¿Aún? ¿Qué insinúas? ¿Quieres morir?
Se rió más alto y yo me reí con él.
[...]
Nos miramos por largo tiempo.
"No te marches" le decían mis ojos.
-No tardes en volver-le dijeron mis labios.
Él me abrazó por toda respuesta.
Lo que había que hablar, ya lo habíamos hablado antes.
"No me olvides"
-No te olvides de llamarme.
-Sabes que no, nunca.
-Y no hagáis mucho el bruto, que os conozco.
-Tampoco, no te preocupes.
-Te quiero.
-Lo sé.
"No llores".
Se iban a marchar cuando decidió volver sobre sus pasos y abrazarme de nuevo.
Tras eso, me susurró:
-Y no llores. Me lo prometiste.
Asentí con la cabeza y él se marchó, a tiempo de no ver cómo me secaba una lágrima que corría, traidora, por mi mejilla.
De nuevo en mi habitación, miré su casa con angustia.
Harry no estaba y ninguno de los chicos tampoco.
Las chicas habían dicho de quedar todas juntas, pero yo había denegado su oferta.
No estaba de humor.
Ninguna me decía nada, pero yo lo leía en sus miradas.
Temían por mí, me conocían bien.
Harry lo era todo para mí y lo necesitaba para mantenerme cuerda y no perder la cabeza, para mantenerme con vida. Ahora, que no estaba, no sabía cómo hacerlo.
Aunque podría tener una ligera idea de cómo sobrellevarlo.
"Puedes vivir en casa, ya sabes. Acostúmbrate para cuando nosotros vivamos en una".
"Oh, sí. Pero tú cocinas, ya sabes".
Cogí de nuevo mi bolsa, la llené de ropa, bajé a la cocina, cogí algo para comer, informé de mis intenciones a mis padres y me fui a casa de los chicos.
Hice deberes en el salón, después vi una película y cené.
Cuando me sentí cansada, subí al cuarto de Harry a dormir.
Encendí la luz del cuarto y me sorprendí al encontrar un folio sobre la almohada.
Me acerqué y lo cogí.
Tenía una sola palabra escrita.
"Siempre".
Y sabía por qué lo decía y por qué estaba allí.
"¿Estarás cuando despierte?"
"Siempre"
Harry iba a ser fiel a su promesa, aún no estando presente físicamente.


¡Hola! Soy @Cris_Jbieber, aunque eso ya lo sabíais. Sé que he tardado en subir y no voy a daros excusas de ningún tipo, aunque puedo decir que subiré de nuevo en breves y que no tendréis que esperar tanto. Vuelve la acción, vuelve Forever Young.
Si tenéis preguntas sobre el capítulo o la novela o cualquier cosa, podéis preguntarme aquí  
http://ask.fm/CrisBieberHoranStyles
@Cris_Jbieber

5 comentarios:

  1. DIOSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
    ME ENCANTAAAAA TU NOVEEEEEEEEEEEELAAAAAAAAAAA ME HE ENAMORADOOO
    PORFAVOR AVISAME CUANDO SUBAS CAPITULOPORFA PORFAVOOOOOOOOOOOOOOOOR!!!
    @LuciHoran1D
    si no hes mucha molestia
    graciiiias

    ResponderEliminar
  2. Quilla cris subee!!! que te ocurre?? por que nos haces sufrir asi?? :O

    ResponderEliminar